Capítulo 42

344 32 0
                                    

ROSÉ POV:

En cuanto salí del aeropuerto me puse a llorar y maldije la hora en la cual abrí ese archivo y acepté el juego de Junhe. Llegué hasta su deportivo negro y paré en frente de la puerta para romper a llorar, mis lágrimas quemaban y mi corazón gritaba que volviera con Lisa pero mi mente rechazaba esa opción.

–Tranquila hermosa –susurró abrazándome–

–Suéltame imbécil –hablé entre dientes– te odio por hacerme esto.

Tiré de sus brazos y entré al auto, no quería pensar en cómo estaría Lisa, mi corazón dolía al recordar su mirada rota y en sus hermosos hijos. Yo debería estar con ella ahora pero estoy con Junhe de camino a su departamento.

–Ya sabes las reglas, la pasamos bien un rato y luego te dejo que vuelvas con Manoban, así de fácil debió ser.

Mi mirada estaba fija en la ventana del copiloto, no quería acostarme con él. Solo deseaba que Lisa me abrazara y me contara todo sobre su viaje, que me dijera cómo fue su reacción al ver a Luca después de tantos años o como se sentía de estar conmigo y con los niños. Los buenos recuerdos con Lili invadieron mi mente y nostálgicamente acaricie mi dedo anular donde debería estar mi anillo de compromiso.

Llegamos al departamento y en su interior estaba todo preparado para una cena romántica; había una mesa con velas, el piso de rosas y la iluminación a base de velas aromáticas por todo el lugar. Suspiré y me resigné a lo que pasaría conmigo esa noche, solo quería terminar con todo esto.

–No cenaré contigo, solo hagamos lo que tengamos que hacer y me largo.

–Ese no fue el trato cariño.

–No hicimos ningún trato, tú amenazaste a mi prometida y yo estoy pagando el precio de su vida.

–¿Desperdicias la cena?

Su voz se tornó seria, su mirada se posó en mí y no había indicios de su famosa sonrisa burlona. Me asusté por un momento pero no quería darle más placeres, yo estaba dolida y no iba a ceder más.

–No lo haré.

Sentí el primer golpe en mi mejilla, caí al suelo y mi cara empezó a arder. Me llené de cólera, no iba a aguantar más. Yo no quería terminar así.

–Cenarás conmigo y luego te follaré como la perra que eres.

Me quedé en el suelo pensando en cómo escaparme, no esperé tanto tiempo para terminar violada por un imbécil. Lisa me dio luz cuando lo necesitaba y no iba a fallarle. Suspiré y traté de calmarme, me levanté y seguí a Junhe hasta la mesa.

–No hagas nada estúpido –me amenazó con el dedo–

Se fue a una de las habitaciones, espere unos segundos, no volvió así que emprendí mi huida lo más rápido posible. Usé el ascensor hasta el lobby principal y me acerqué al guardia del edificio. Le conté lo que estaba pasando con voz de asustada e inmediatamente avisó a los demás guardias, me guió hasta uno de los taxis y pedí que me llevaran a la estación de policía más cercana. Cuando estaba a punto de arrancar vi como Junhe bajó corriendo por las escaleras de emergencia pero fue detenido por los guardias, el taxi arrancó y suspire aliviada.

LISA POV:

Vi como Luca y Leandro cenaban felices de la vida, ajenos a toda la tristeza que sentía en este momento, mi corazón dolía y solo pude fingir sonrisas cuando quería llorar hasta quedarme dormida.

Bam Bam debería estar llegando en cualquier momento así que respiré profundo y me puse a conversar con mis hijos, una llamada captó mi atención, respondí pensando que sería el padre de mi hijo pero me sorprendí al escuchar a Rosé.

–¿Qué quieres? –mi voz salió rota y molesta por todo lo que me había dicho–

Hubo un silencio en la llamada, quise gritarle porque había vuelto con Junhe pero me contuve de hacerlo, mis hijos no merecían una escena como esa.

–Lili... yo...

–¿Por qué me llamas? –pregunté con tristeza–

–Estoy en la estación de policía, Junhe me golpeó.

Suspiré al escuchar su declaración, no quería sentirme débil e ir corriendo tras ella. Ella terminó nuestra relación y debo aceptarlo.

–Espero te recuperes Rosé pero yo ya no iré detrás de ti.

Colgué la llamada con lágrimas en los ojos, esos problemas ya no eran míos. El menor de mis hijos se dio cuenta de mis ojos tristes así que limpié mis lágrimas y empecé a hablarle sobre nuestro viaje con su hermano mayor. Él Olvido lo que había visto pero Luca no, sus ojos chocolate me miraban expectantes y luego tristes, pose mi mano sobre la suya en señal de que todo estaba bien.

–¡Hey! ¿Hay espacio para uno más?

Ver a Bam Bam me tomó por sorpresa, esperaba una llamada de su parte antes de llegar.

–Pensé que me llamarías...

–Tu teléfono estaba ocupado, así que vine de frente al lugar, ¿hice mal?

Negué y presenté a mi hijo menor con el castaño, congeniaron muy bien y empezaron a reírse de sus chistes. Sonreí inconscientemente al verlos juntos, me imagine mi futuro con él si hubiéramos seguido juntos. Leo quizás nunca existiría pero Luca sí, probablemente hubiera tenido otro hijo con él pero no me arrepentía de tener a Leandro. Mi corazón se llenó de un calor tan gratificante al ver como Bam Bam abrazaba a mis dos hijos, se me escaparon lágrimas de felicidad y me uní a ellos. Necesitaba el calor de una familia.

Al llegar a mi casa me percate que Rosé no había recogido sus cosas, todo seguía igual a cuando lo dejé. Su ropa y sus dibujos estaban en el mismo lugar. Me sentí confundida al ver su laptop en nuestra cama, ella nunca la había usado desde que nos mudamos...

–Lisa, ¿estás bien?

Asentí ante la voz de Bam Bam, seguía confundida con todo lo que había encontrado pero preferí no darle importancia. Ahora solo quería centrarme en mis hijos.

–Te noto muy callada y triste, no hablaste casi nada en la cena.

Medité si contarle o no, no tenía a nadie más cerca así que decidí hacerlo y desahogarme con él.

–Rosé terminó conmigo cuando llegué.

–Siento escuchar eso, de verdad, sabía que la amabas.

–Y yo pensé que ella también pero no todo es lo que parece...

Bam sonrió de lado y me abrazó, al principio me dejé abrazar y no le devolví el gesto pero su calor me obligó a hacerlo. Se sentía tan bien que mis lágrimas empezaron a relatar todo lo que había pasado, desde el comienzo hasta hoy.

–¿Te sientes mejor?

–Mucho mejor –sonreí con lágrimas en mis mejillas– gracias por escucharme.

–Nunca agradezcas que me quede a tu lado.

Fije mi vista en sus ojos y él en los míos, sentí las ganas de besarlo pero sabía que mi mente estaba débil por la ruptura así que desvié mi rostro y sus labios pararon en mi mejilla.

–Lo siento...

Él negó y me dio un beso en la frente, se levantó para acostar a mis hijos y yo me quedé en el sofá pensando en lo que hubiera pasado si lo besaba. Elimine los pensamientos y seguí el camino de Bam Bam.

Guardaespaldas Manoban | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora