Estacioné mi motocicleta a un lado de la pequeña cafetería, estuve pensando tanto sobre mi pasado y los recuerdos seguían vivos después de 5 años de la muerte de mi madre y tan solo 4 del secuestro de mi pequeño. Me sentía tan débil pero me negaba a hablarlo con alguien, no quería derrumbarme, no otra vez.
Respiré hondo evitando llorar y entré a la pequeña cafetería donde Miyeon me esperaba esa noche, estaba sentada en unas mesas apartadas de la gente y agradecí ese gesto. Estaba linda está noche, parece que salió de la empresa pues llevaba el mismo traje ejecutivo.
–Buenas noches Miyeon –saludé al sentarme–
–Hola Lisa –respondió ella con un tono melancólico–
La culpabilidad llegó a mi otra vez y quise disculparme por haberle hecho sentir rechazada, trate de hablar pero ella me interrumpió con una señal de que me detuviera.
–Quiero que me escuches por favor –pidió viendo su café– necesito hablar de algo muy serio contigo, sin interrupciones.
Mi cara revelaba confusión pero asentí a su petición y llamé a la mesera ordenando un café descafeinado para poder dormir.
–Te escucho –respondí acariciando la taza de café–
–Yo sé que tú no buscabas ningún tipo de relación cuando nos conocimos hace 3 años pero es inevitable cuando nos vemos, fue algo que no pude controlar... –susurro– quería olvidarte de verdad que sí e intenté estar con otras chicas y chicos... –empecé a jugar con mis lentes que colgaban de mi blazer– pero no pude y me di cuenta que te quiero, más de lo que piensas.
Suspiré, era una confesión que ya me esperaba. No quería ser cruel pero debía cortar todo tipo de lazos antes de que sea peor.
–Te quiero y necesito que me des la oportunidad de volverte a demostrar que te pueden amar —dijo de repente sacándome de mis pensamientos– Déjate amar Lisa, déjame sanar tus heridas...
Mi corazón empezó a correr, esas palabras eran tan familiares para mí hace 5 años atrás. Mis lágrimas empezaron a acumularse y traté de no llorar bajando la cabeza y conteniendo la respiración.
–Lisa... –susurró Miyeon– déjate querer, estoy aquí, contigo
Lo siguiente que sentí fue su abrazo y me fue imposible, lloré frente a ella cuando prometí no hacerlo. Solo con mis padres y mi hijo, no podía ser débil. No soy débil.
–Lo siento Miyeon, yo no lloró frente a las personas –trate de controlar mi llanto pero los recuerdos eran tormentosos–
-Habla conmigo, desahógate —susurró con cariño y mi corazón empezó a estrujar– estoy contigo, quiero cuidarte.
Mi corazón empezó a latir más rápido por sus palabras, mi mente se debatía si contarle o no, tantos años sola, guardando este dolor. Mi pasado seguía atormentándome y no quería seguir así, necesitaba seguir.
Me paré con ella en brazos y la abrace tan fuerte como podía, necesitaba un abrazo reconfortante después de tanto tiempo, quería ser amada y extrañaba ser cuidada. Quería una razón para seguir luchando y no tirarme a morir, quería amar y que me amaran.
-Gracias –susurré con lágrimas– gracias por quedarte conmigo, te quiero tanto.
Sentí como Miyeon se abrazaba más fuerte a mí y empezó a sollozar, me retire lentamente viendo sus ojos marrones en lágrimas, sonreí limpiando las mías y limpié las de ellas con una pequeña sonrisa de cariño. Ya era hora de volver a querer y estaba si cuidaría a los seres que amo.
Después del momento en la cafetería decidimos ir a un lugar más privado, el departamento de Miyeon era la mejor opción y nos enrumbamos hacia este.
-Adelante –dijo ella con una sonrisa– Te presento mi humilde hogar –susurro con una sonrisa–
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Guardaespaldas Manoban | Chaelisa
Fanfiction"La vida siempre tendrá matices, algunos claros otros oscuros pero nunca se estancará en un solo color. No es fácil, hay obstáculos que ponen a prueba nuestra resistencia para seguir pero también hay momentos donde cada uno de esos impedimentos habr...