Guardaespaldas Manoban | Chaelisa

Capítulo 30

ROSÉ POV:

No podía estar más feliz, estaba de la mano con Lisa, la mujer que más amo en este mundo. Luego de 8 largos años por fin puedo vivir sin esconderme, me detengo y jalo a Lisa hacia mi rostro, le susurro un "te amo" y la beso como nunca antes. Si esto es un sueño no quiero despertar.

Al terminar nuestra sesión de besos con risas por parte de Lisa fuimos en busca de Leandro y mi padre, los encontramos en el patio delantero sentados mirando el cielo.

–Leandro –llamó Lisa–

–Mamá –respondió el niño corriendo hacia ella– ¿es cierto que mamá fue muy hermosa en su juventud?

Me tensé al escuchar al hijo de Lisa preguntar eso pero era normal y tenía que empezar a hacerme la idea de que Jennie ya tiene un lugar en sus vidas. Respiré hondo y me agaché para estar a la altura de Leo.

–Tu mami era la mujer más hermosa y fue mi mejor amiga por muchos años –respondí con una sonrisa–

–El señor Park me contó su historia –respondió sonriente– Me dijo que ustedes hacían de todo juntas hasta que llegó mi mamá, ambas se enamoraron de ella pero mi mamá se ganó el primer lugar.

Me sorprendí por la historia y como lo había relatado, quizás mi padre no estaba ayudando de la mejor manera.

–¿Ahora estarás en el segundo lugar? –Leo preguntó con inocencia y mi padre estaba nervioso–

–Hijo ¿te acuerdas de que hablamos sobre conseguirme una novia? –Lisa preguntó cargando a Leo entre sus brazos–

–Sí, dijiste que quizás viviríamos con Soo –respondió y yo centré mi mirada en Lisa–

–Lo sé y sí, dije eso –me miro ahora a mi pidiendo que no dijera nada– pero no siempre será Soojin...

–Pero la besas como a mamá –esa información no la sabía, estaba empezando a ponerme celosa–

–Soo y yo tuvimos una relación –respondió con tranquilidad– pero a veces las relaciones se rompen y cada una vuelve a su vida.

–¿Tu relación con Soo se rompió? –pregunto confundido–

–Sí y ahora ya no la besaré como a mamá porque ya no estamos juntas, ¿me entiendes Leo?

–Sí mamá –respondió con tu dedo pulgar en alto–

–Muy bien campeón –Lisa beso su mejilla haciendo reír al pequeño– ahora ve por tu mochila que ya nos vamos.

Leo asintió y fue dentro de la casa en busca de su mochila roja con una figurita de acción en uno de sus cierres.

–Lo siento por eso hija, no sabía cómo explicarle... –trato de salvarse pero lo detuve–

–No digas nada, ya es suficiente con lo que has hecho. –Respire hondo y tome la mano de Camila– ya hablamos todo y quiero irme a Tailandia con Lisa, es hora de vivir mi vida y no será aquí.

Mi padre parecía feliz, no había indicios de molestia cuando eso significaba dejar la empresa. Me sorprendió pero me sentí aliviada de que no me hiciera problemas.

–Está bien, lo mereces. –respondió con una sonrisa– como regalo quiero pagarles el viaje de regreso y no está a discusión Manoban.

–Está bien, no lo discutiré –respondió sonriente–

Me sorprendía la facilidad con la cual aceptó, esperaba una reacción más molesta e imperativa pero veo que la culpa lo ablandó más de la cuenta.

–Supongo que se casaran –preguntó con tono malicioso– ¿Debo esperar otro nieto?

Mi cara se llenó de sangre, no había pensado en eso para nada. Solo quería estar con Lisa y poder amarla.

–Claro –respondió una feliz Lisa– espera tu invitación en unos meses.

Miré a Lis sorprendida por la respuesta y solo recibí un beso en la frente. Sonreí por el gesto y apreté más nuestra unión, acariciaba su mano con mi pulgar en forma circular transmitiendo mi amor.

–Listo mamá –respondió un Leo sonriente con su mochila ya puesta–

–Nos vemos Park –Lisa y mi padre se despidieron con un abrazo–

–Adiós hija –susurro mi madre dándome la mano–

–Adiós papá –susurré de la misma manera aceptando su agarre–

El agarre parecía una despedida, lo sentía muy triste por dentro pero feliz por fuera. ¿Me estaría ocultando más cosas?

–Su vuelo sale en 1 hora así que deben apurarse –me entrego los boletos–

–¿Cómo sabías que me iría? –pregunte confundida–

–Los papás también tenemos un sexto sentido –respondió con una sonrisa burlona y un guiño–

Estábamos saliendo y escuché a mi padre hablar con Lisa antes de subir a la camioneta que nos llevaría al aeropuerto.

–Cuida de mi hija con tu vida Manoban, te estoy dando mi tesoro más preciado.

Mi padre nunca fue un devoto de demostrar afecto pero en este día en particular fue muy raro, lo dejaré pasar porque quiero vivir mi historia con Lisa lo antes posible.