Capítulo 51

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ROSÉ POV:

–¿Por dónde empiezo? ¿Quieres elegir?

Mis lágrimas salían sin parar. No podía creer que mi abogado, la última familia que me quedaba, estuviera muerto, no quería creerlo. No respondí.

–¿Era importante para ti?

Su tono de voz era burlón, no le importaba mi dolor. Quería decir algo pero me preocupaba que le hiciera algo a Lisa, no aguantaría que la dañaran. Así que hice lo único que podía hacer en un momento como este, rogar.

–Por favor, déjanos ir, por favor.

Mi voz salía débil, me sentía terrible. Tenía náuseas, quería vomitar y dormir. Solo pedía poder dormir, no podía estar de pie.

–¿Estás rogando? –Había sorpresa en su voz– La gran Park, hija del juez de la corte suprema, está rogando por su vida y la de su prometida. Esto es nuevo, en serio.

–Te lo pido, déjanos ir...

Su risa se escuchaba en todo el lugar. No podía ver a Lisa porque me llevó a otra área, estaba de pie en una especie de mesa con cadenas, ya no tenía la mordaza pero el nudo de mi garganta impedía alzar mi voz. Me sentía miserable.

–Quiero ver que tan lejos puedes llegar, te desataré. Dependerá de ti si vive tu futura esposa, si es que vive.

Me desato y me dejo caer al suelo. Vi cómo se sentaba a un lado mío y desabrochaba sus pantalones, debí imaginarme que me pediría algo así. Me llené de repugnancia.

–El jefe me dijo que no eras dócil. Quiero que me demuestres lo contrario. Ven.

El recuerdo de Junhe vino a mi mente. En su departamento, el golpe y su misma forma de verme. Solo era un pedazo de carne. No quería hacerlo, amo a Lisa. Pero no podía dejar que le pasara nada, sus hijos solo la tenían a ella ahora.

–Maldita perra.

Sentí el primer golpe en mi vientre. Me quedé sin aire pero controlé mi llanto.

–Soy... fiel...a Lisa...

Respiré hondo tratando de encontrar fuerzas para poder hablar. Necesitaba tiempo para idear una forma de salir.

–Tú eliges preciosa.

Sentí su pie impactar en mi costado derecho, volví a controlar el dolor. Esta vez escupí sangre, necesitaba detenerlo.

–¿Por qué no solo me matas?

–No me gustan las cosas fáciles.

Me tomó del cabello y me levanto. Me dolía pero era soportable, mi cuerpo necesitaba recuperarse de los golpes. Lo vi fijamente, su cicatriz en su barbilla era más profunda. Parecía ser de un cuchillo.

–Creo que ya estás lista para el show.

Me arrastro de los cabellos, intenté caminar pero el dolor era intenso. Traté de seguirle el pasó pero la mitad del camino me arrastró hasta abrir una puerta negra y tirarme al lugar donde estaba Lisa. Ella estaba atada de manos pero no de pies, la habían soltado. Traté de acercarme, tenía moretones y sangre en el rostro.

–¿Sabes que es divertido? Dejar a tu presa libre y jugar con ella. Como un gato, disfruta cazar a la presa para luego asesinarla. Es diversión pura.

Logré arrastrarme hasta ella, estaba tan golpeada, tan débil y tan hermosa a la vez. Me aferré a ella y pedí que esto acabara. Si había un Dios, un ser todopoderoso, pedí ayuda.

–Acabemos con esto, no soporta ver a mujeres tan horribles.

Sacó su arma y nos apuntó, cerré los ojos y abracé a Lisa. Si este sería nuestro final, entonces no me quejaría por morir con ella.

Escuché el disparo.

Sentí un líquido caliente.

Suspiré.

LISA POV:

–Te amo...

Pensé en mis hijos, pedí perdón y deseé que me escucharan. Pedí perdón por abandonarlos pero no podía dejar morir a Rosé, no a ella. Perdí a Bam Bam y no pensaba perder a la mujer que más amaba en el mundo.

La bala impactó en mí y sentí como mi cuerpo se debilitaba, sentí el aire salir de mis pulmones y ver una luz deslumbrante. No podía escuchar nada pero sabía que este sería mi final.

El agarré de Rosé se intensificó, supuse que estaría llorando pero no me sentía culpable. Daría mi vida por ella. Con la poca fuerza que me quedaba llevé mi mano izquierda a su pecho y le entregué un pequeño medallón, aquel pedazo de metal tenía grabado mi apellido pero también tenía un chip que mandaba mi dirección exacta a la seguridad de la empresa. Lo había activado cuando me desataron y empezaron a golpearme, calcule el tiempo y ya debían estar llegando.

–Te amo... Rosie...

Guardaespaldas Manoban | ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora