Recuerdo como mi casa ardía, como unos gritos atronadores envolvieron el ambiente y como me levanté tosiendo intentando asimilar todo lo que estaba pasando por mi cabeza.
Recuerdo como un hombre bastante corpulento y alto tiró mi puerta abajo y me agarró con fuerza del brazo sacándome de mi casa antes de que pudiera si quiera emitir un sonido por mi garganta.
Recuerdo tener seis años, y recuerdo que tras pasarme mi vida oculta en aquella pequeña aldea al sur de Harrenhal, aquél hombre me sacó de allí mientras yo lloraba desconsoladamente viendo cómo mis padres ardían ante mis ojos.
Más tarde descubrí que aquellas personas a las que yo consideraba padres eran mis secuestradores, personas que me habían arrebatado de las manos de mi verdadera madre cuando yo apenas tenía dos meses de vida.
Pero no me enteré de aquello hasta que llegué a desembarco del Rey dónde Otto Hightower tras tildarme de bastarda me obligó a quedarme junto a Alicent y Viserys, (ya muy deteriorado incapaz de tomar decisiones y seguramente sin llegar si quiera a imaginar que yo era su nieta, hija de su hija Rhaenyra Targaryen.
Viéndome acorralada y encerrada en ese enorme castillo, me limité a vivir mi vida junto a aquella familia sabiendo que para ellos yo solo era una moneda de cambio que en cualquier momento iban a utilizar en contra de mi verdadera madre.
Aún habiéndolo perdido todo,en cuanto llegué a desembarco del Rey hubo una persona que llamó mi atención haciendo que parte de mi llanto se calmara. Y ese fue Aemond Targaryen, hijo de Alicent y Viserys.
Aquél chico de apenas siete años en aquél entonces, llamó mi atención más que cualquiera hasta ese momento. No sé si simplemente fue por la cicatriz que surcaba su rostro o por su mirada apagada, que por un momento me sentí conectada con él, como si aquel pequeño chico de pelo tan plateado como el mío estuviera pasando por algo similar o sintiese el mismo dolor que me rompía el corazón en aquél momento.
Fuese como fuese, en cuanto me dejaron deambular sola por el castillo me aficioné a verle entrenar junto a su hermano mayor Aegon y su maestro de armas, Ser Criston Cole.
Y así pasé mi niñez, observando a Aemond entrenar y escabullendome de mis obligaciones impuestas por la mano del rey, hasta que aquel chico con un parche en su ojo se convirtió poco a poco en mi único amigo y aliado en aquél castillo.
No sé en qué momento mis sentimientos hacia él dejaron de ser solo de afecto por su buen trato hasta convertirse en algo más, no sé si aquel sentimiento surgió en el mismo momento que mis ojos se posaron en su fascinante cicatriz o si fueron surgiendo a medida que pasaban los años, lo único que sabía con certeza, era que aquél muchacho de mirada entristecida pronto ocupó el lugar más importante de mi corazón.
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La semilla del dragón// Aemond Targaryen 💚
RandomFANFIC House of the Dragon Aemond Targaryen