Eleven

4.9K 426 29
                                    

Me tumbé en mi cama y miré al techo aún con enfado.

Aemond se había encargado de destrozar la que era la noche más importante de mi vida y ahora tendría que esperar hasta que saliera de nuevo el sol para buscar a los chicos, si no decidían irse antes por culpa del altercado.

Incapaz de continuar tumbada, me levanté de la cama y salí de mis aposentos intentando hacer el menor ruido posible.

Sabía que a todos los invitados de la Fortaleza Roja dormían en el ala oeste del castillo, así que estaba segura de que no me costaría mucho encontrar a mis dos hermanos.

Caminé descalza intentando agudizar el oido y subí las escaleras al mismo tiempo que me cruzaba con Aegon en el pasillo.

Su sonrisa al verme y la copa que portaba en la mano hicieron que diera un paso hacia atrás.

-¿Vas en busca de los Strong?- preguntó sin dejar de sonreír.

Asentí sin apartar la vista de su copa.

-Cada día me sorprendes más, Visenya- puso los ojos en blanco dando un paso hacia mí- ya has visto de lo que es capaz Aemond cuando sus celos le sobrepasan.

-Son mis hermanos-me defendí.

-Siguen siendo hombres.

-He vivido toda mi vida pensando que ellos sabían de mi existencia, que ellos sabían que tenían una hermana- armándome de valor caminé hacia él- creo que ya os habéis entrometido bastante en mi vida.

-Que cambies de bando será visto como alta traición- su tono cambió mostrándose más frío ante mí.

-Nunca me habéis dado a elegir bando..-susurré con mi mirada clavada en la suya- he tenido que adaptarme, pero ahora mis hermanos están a pocos pasos de mi.

Aegon me agarró del brazo con fuerza lanzando la copa contra el suelo.

-Siempre me dijeron que nunca hay que fiarse de un bastardo.

-¿Me vas a impedir ir a ver a mis hermanos?- pregunté intentando que mis nervios no me delataran-¿ Me vais a ocultar durante otros diez años del resto del mundo para obligarme a casarme con un hombre que me doble la edad?

-¿Eso es lo que hemos sido para ti?

Era evidente que estaba furioso por mis palabras. Tiró de mi brazo y me obligó a seguirle por el pasillo y subir unas escaleras hasta abrir una puerta que daba a una habitación completamente vacía.

Con fuerza me obligó a entrar dentro y cerró la puerta con sus ojos clavados en los míos.

-Ni se te ocurra acercarte a mí…-susurré con la voz temblorosa- o te juro que gritaré con todas mis fuerzas.

-Esa es mi intención-sonrió con malicia- nadie sube hasta aquí, así que no te oirá nadie.

-Aegon-solloce asustada- no me hagas nada.

Cuando dió un paso hacia mí, retrocedí atemorizada, rezando por no desmayarme en aquél preciso momento.

-Si te arruino ahora ninguno de los dos Strong te querrá para matrimonio, eso seguro- se humedeció los labios dando otro paso hacia mí- y seguramente nadie si quiera lo considere.

-Aegon te lo suplico …

Mi llanto se intensificó cuando vi como lentamente iba caminando hacia mi. ¿Cómo iba a defenderme de él si intentaba ponerme una mano encima?

-¡Aemond!- grité con todas mis fuerzas provocando que Aegon soltara una sonora carcajada.

-Aemond salió a volar con Vaghar.

Al escucharle decir eso, eché a correr hacia la puerta provocando que Aegon me agarrara con fuerza para impedirme seguir avanzando, lanzandome esta vez con fuerza encima de la cama.

-Ahora estás un poco tomado-sollocé- pero mañana te arrepentirás de esto y no podremos volver el tiempo atrás.

-¿Arrepentirme de qué, Visenya?- preguntó desviando la vista hacia mis pies descalzos- si siempre te he deseado.

-Aegon…-sollocé.

-Ya no somos niños- dijo caminando hacia la cama.

-Aemond te matará- le amenacé intentando levantarme de la cama para escapar de él.

-¿A qué ibas a la habitación de uno de los Strong?-preguntó agarrándome del pie y atrayéndome hacia él- ibas a confesar todo ¿Verdad?

-¡Aemond!- volví a gritar casi perdiendo la voz en el intento.

Aegon ignorándome intentó levantar mi vestido mientras yo me revolvía sin dejar de gritar ni por un instante.

-¡Aemond!- volví a gritar provocando que está vez Aegon me abofeteara con fuerza.

-Si te quedas quieta no te dolerá.

Le propiné una patada e hice de nuevo el amago de escapar de la cama, pero cuando Aegon tiró de nuevo de mi pie fue para tumbarse esta vez encima de mí dejándome sin aire.

-Tranquila Visenya…-jadeó encima de mí- no lo compliques aún más.

-Aemond….-sollocé en un último intento de poder escapar de esa habitación.

Y entonces la puerta se abrió de golpe, chocando contra la pared.

Aemond se quedó quieto observandonos, intentando procesar todo lo que estaba viendo ante él.

-¿Qué haces?- preguntó al fin mirando a Aegon.

-Venga hermano, no es la primera vez que compartimos a una mujer- sonrió Aegon apartándose de mí y poniéndose de pie- no sé qué te extraña, solo buscaba algo de diversión.

Aproveché ese momento para levantarme de la cama sin dejar de sollozar con fuerza, incapaz de gestionar mi respiración ni mi nerviosismo.

Aemond no hizo más preguntas, a grandes zancadas caminó hacia su hermano y le propinó un fuerte puñetazo. No le dio tiempo a asimilarlo, volvió a golpearle para más tarde agarrarle del cuello y empujarle hasta quedar pegado a la pared.

-¿Buscabas diversión?- preguntó Aemond con una voz que me hizo  retroceder asustada- ¿No podías ir al lecho de pulgas o a la calle de la seda a por esa diversión?

Aegon sonrió con nerviosismo y desvío la vista hacia mi.

-La pillé en el pasillo decidida a ir a visitar a los Strong.

Pero Aemond en vez de girarse para mirarme, siguió con su único ojo clavado en Aegon.

Y yo sin poder continuar por mucho más tiempo allí, salí de la habitación corriendo, intentando no tropezar con mi vestido mientras escuchaba de nuevo otro golpe.

Mi corazón latía con fuerza, con tanta que temía no llegar viva hasta el último escalón de esas enormes escaleras.

Corrí sin saber siquiera a dónde me dirigía. ¿Dónde estaría segura realmente? 

Todo el castillo iba a acabar en manos de Aegon cuando Viserys falleciera. ¿Cómo iba a impedir entonces que hiciera lo que quisiera conmigo?

Decidida caminé hacia los aposentos de los invitados y con fuerza llamé a la puerta de uno de ellos.

No tardó en abrir Jace mirándome con desconcierto.

-Llévame lejos de aquí-supliqué.




La semilla del dragón// Aemond Targaryen 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora