Sixty-one

1.9K 179 22
                                    

Tres noches después, cuando ya me informaron de que Aegon había despertado, me dirigí a sus aposentos para ver cómo se encontraba, pero a medio camino unas fuertes náuseas me invadieron provocando que diera marcha atrás y apoyará mi espalda en la pared con algo de fatiga.

Llevaba todo el día revuelta y aunque había acudido al gran maestre no había conseguido que me diera nada que calmara aquellas náuseas.

-¿Estás bien?- preguntó Helena saliendo de su habitación.

Negué con la cabeza haciéndole un gesto con la mano para que no se acercara mientras yo me llevaba la mano al estómago.

-Los nervios y el estrés me han afectado más de lo que esperaba- contesté.

Ella ignorando el gesto de mi mano se acercó a mí y pasó una de sus manos por mi frente.

-No tienes fiebre, ¿Desde cuándo te sientes así?

-Desde ayer por la noche.

-Si has compartido lecho con Aemond puede que estés esperando un hijo.

La miré con el ceño fruncido.

-¿Un hijo?

Ella asintió.

-Con Aegon solo tuve que hacerlo dos veces- dijo encogiéndose de hombros- y cuando las náuseas llegaron madre me dijo que estaba en cinta.

-Pero yo…

-Si fue Aegon con quien…-se cruzó de brazos agachando la cabeza con tristeza- no lo digas, Aemond jamás debe saberlo.

-Solo comparto lecho con mi esposo-dije dolida con su acusación.

Ella suspiró agitando la cabeza, como si quisiera quitarse esas ideas y entonces agarró mi mano.

-Será una bendición para la familia un nuevo bebé, es justo lo que necesitamos, una pizca de alegría que nos haga olvidar este mal trago a causa de la guerra.

La miré sin poder llegar a creer que yo estuviera en cinta.

-¿Vas a ir a ver a Aegon?- preguntó al fin olvidándose durante un momento de mi estado.

Asentí.

Helena puso los ojos en blanco y comenzó a caminar hacia sus aposentos.

-Pues te deseo suerte porque no quiere tener a nadie cerca.

La miré antes de que se alejara y sin decir nada continué mis pasos hasta llegar a los aposentos de Aegon.

Toqué la puerta con los nudillos y la abrí lentamente.

-Hola…-susurré.

Aegon levantó ligeramente la cabeza y tras verme soltó un suspiro.

-Hola..

Sonriendo por no haber obtenido rechazo alguno por su parte, cerré la puerta a mi espalda y me acerqué a él.

-¿Cómo te encuentras?

-Me duele cada parte del cuerpo-contestó- como si me hubieran apuñalado por completo.

Pasé mi mano por su frente sentándome en la cama.

-Dijo el gran maestre que si la fiebre bajaba eran buenas noticias- sonreí - y es evidente que ya casi no tienes fiebre.

Solo entonces sus ojos se posaron en los míos.

-Me salvaste…-susurró agarrando la mano que se encontraba aún apoyada en su frente- podrías haberme dejado morir y haber acabado con esta guerra por segunda vez.

-No era una opción- confesé- no podía dejarte morir, al menos no sin intentar salvarte antes.

Se dibujó una ligera sonrisa en sus labios.

-Me dijiste una vez que deseabas que yo muriera y que fuera Rhaenyra la que ocupara el trono.

Puse los ojos en blanco.

-Lo dije porque me encerraste en Harrenhal y estaba muy enfadada contigo.

Esta vez la sonrisa en el rostro de Aegon fue más evidente. Soltó mi mano y estiró la suya para acariciar mi pelo.

-Ayer me besaste…-susurró- es lo último que recuerdo.

-Me lo pediste..-aclaré.

-¿Te lo pedí?- preguntó frunciendo el ceño, como si no se acordará de lo demás.

Asentí mientras él suspiraba. Nuestras miradas aún seguían clavadas el uno en el otro, hasta que él volvió a hablar.

-Visenya, en cuanto me recupere iré al Septón Supremo y anularé tu matrimonio.

Mi respiración se congeló y me puse de pie escuchándole con atención. ¿Anular mi matrimonio?

-Sé que ahora no te lo tomarás bien, pero con el paso del tiempo lo entenderás.

-No entiendo…-dije confusa- ¿Por qué lo anularlas?

Me sonrió cerrando los ojos algo adolorido mientras a mi mente volvían las palabras que le dijo a su madre cuando aún estaba inconsciente.

-Porque te quiero como mi esposa, no como la de mi hermano-terminó de explicar.

La semilla del dragón// Aemond Targaryen 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora