Forty-eight

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-Así comencé yo- Jace caminó hacia mí mientras yo golpeaba con fuerza un muñeco de paja que había en el patio de Rocadragón perdida completamente en mis pensamientos.

Me giré para observarle, aún sintiéndome extraña al dejar atrás mi vestido y ponerme unos pantalones de piel que me daban indudablemente más movimiento del que había tenido jamás.

-El muñeco no me ataca-dije frunciendo el ceño- no creo que así aprenda mucho.

Jace sonrió con tristeza y pasando su mano por encima de la mía me ayudó a agarrar con fuerza la empuñadura de la espada.

-Esto es para principiantes…-susurró cerca de mi oído, tan cerca que logró estremecerme.

Y por un momento tuve un breve recuerdo de Aemond en el patio de la Fortaleza Roja junto a Ser Criston que me obligó a apartarme algo incómoda de Jace.

-Lo..lo siento- se disculpó al ver mi reacción- no quería incomodarte.

Le miré de nuevo dejando caer mi espada con cansancio.

-Llevo aquí dos días- me golpeé con rabia la frente- y aún no comprendo en qué va a ayudarme vestir así y pelear con un muñeco de paja.

Jace me miró intentando ocultar su sonrisa.

-Te ves muy bien así, Visenya- agarró la espada del suelo y me apuntó con ella- y pronto tendrás más control sobre la espada.

-No mientas- arrugé los labios.

-Y esto te ayudará a defenderte de los…-la punta de la espada rozó mi vientre mientras nuestros ojos aún seguían mirándose- verdes.

Me aparté de él poniendo los ojos en blanco, enfadada con su comentario.

-¿Cuando me llevaréis junto a Aemond?- le di la espalda desesperada- sé que me escuchará cuando hable con él y acabará todo este tormento.

-Sé me olvidó-caminó con rapidez volviendo a apuntarme con la espada- los "verdes" no se nombran aquí.

-Que no les nombres no significa que no existan-aparté su espada y me acerqué más a él- no olvides que me crié junto a ellos y que aqui-señalé con mi dedo mi cabeza- siempre existirán.

-Hemos enviado hace dos dias cuervos a Antigua- me ofreció la espada- si Aemond acepta, en cualquier momento puede aparecer con Vaghar por aquí.

-¿Si acepta?

-Cambiar de bando- se encogió de hombros- al fin y al cabo tenerle de nuestro lado será tener a Vaghar de nuestro lado.

Suspiré.

-Aemond jamás aceptará cambiar de bando…-susurré dejando caer de nuevo la espada mientras comenzaba a caminar.

-¿Ni por el amor que tanto dices que te tiene?

-Mató a Luke- me giré para mirarle- ¿Crees que es tan idiota como para pensar que habrá un acuerdo entre vosotros?

-Luke no volverá a la vida- Jace agachó la cabeza con tristeza- pero los demás podemos seguir con vida si llegamos a un acuerdo de paz.

-Aemond no traicionaría a su hermano- retomé mis pasos desganada.

-¿Te lo repito de nuevo?- escuché como cogía la espada del suelo-¿Ni por el amor que tanto dices que te tiene?

Sus palabras provocaron que dejara de caminar, pero no me digné a mirarle, hice el amago de retomar mis pasos, pero  entonces sobre nuestras cabezas un enorme dragón como ningún otro sobrevoló los cielos convirtiendo aquel patio en una noche sin luna.

Miré hacia el cielo y un cosquilleo hinundo mi ser.

Había pasado un año sin ver a Aemond, un año sin escuchar su voz ni oler su aroma.

Un año en el que mi corazón no se olvidó ni por un instante de él.

-Visenya.

Jace llamó mi atención provocando que está vez mis ojos fueran a parar a él.

-A veces tienes que olvidar lo que sientes- caminó hacia mí y pasó su dedo por mi mentón sin apartar sus ojos de los míos- y recordar que es lo que verdaderamente mereces.

La semilla del dragón// Aemond Targaryen 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora