-Visenya…
Gimoteé aún con los ojos cerrados.
-Visenya…
Lentamente fui abriendo los ojos para ver delante de mí a Aegon que me acariciaba el pelo con delicadeza mientras esbozaba una media sonrisa algo cansada.
-¿Qué haces en…
Tragué saliva incapaz de continuar hablando.
-Da igual cuanto me odies- sujetó una de mis manos- al final siempre acabas volviendo a mi.
Me incorporé adolorida y observé mi alrededor.
-¿Qué haces aquí?
-¿Crees de verdad que Aemond vendría sólo a Rocadragón?- besó mi mano mientras yo intentaba asimilar todo- así que venga, nos tenemos que ir.
-¿Dónde está Aemond?
Aegon hizo una mueca y me cogió en brazos pasando por encima del maestre que se encontraba inconsciente en el suelo.
Miré a la cara a Aegon y suspirando apoyé mi cabeza en su pecho dejando que me sacara de aquella habitación.
-¿Has matado a Rhaenyra?- pregunté de nuevo.
-Aún no- contestó.
Levanté la cabeza y volví a mirar su rostro algo cansado.
-¿Dónde está Aemond?
Dejó de caminar y clavó sus ojos en mí.
-¿No te cansas de hacer preguntas, Visenya?
Resopló poniendo los ojos en blanco mientras retomaba sus pasos.
-Está vivo, si te refieres a eso.
Negué con la cabeza frunciendo el ceño.
-La pregunta es clara, ¿Dónde está?
Pasamos junto a un centenar de guardias y solo cuando logramos salir de Rocadragón pude ver a Jace mirándome en la lejanía, su rostro reflejaba enfado y tristeza al mismo tiempo. ¿Qué había pasado mientras yo me encontraba inconsciente?
-No estoy entendiendo nada…-susurré- dime qué no estoy soñando.
Aegon volvió a mirarme.
-Si fuera un sueño nos lo estaríamos pasando muy bien- bromeó.
Golpeé con mi mano su pecho, pero alcé la vista hacia el cielo cuando un enorme dragón nos sobrevoló.
-Rhaenyra ha tenido que entender por las malas que este no es tu lugar- se explicó Aegon- por mucho que me desquicies, tu lugar innegablemente es la Fortaleza Roja y eso no lo podrá cambiar ni tu verdadera madre.
-Nadie se ha parado nunca a preguntarmelo a mí- dije.
Él volvió a mirarme y con delicadeza dejó que mis pies tocaran el suelo.
-¿Dónde quieres estar, Visenya?- preguntó llevándose las manos a la espalda- Puedes quedarte aquí, junto a tu madre o ir conmigo a la Fortaleza Roja.
Desvíe de nuevo la vista hacia el cielo donde Vaghar aún volaba siguiendo nuestros pasos.
-Si lo que quieres es quedarte aquí, dejaré que lo hagas- suspiró- pero no creo que Aemond acepte.
-Ahora eres rey,Aegon…-susurré esta vez mirándole a él- no puedes arriesgar tu vida de esta forma. Ellos tienen dragones y podrían matarte si quisieran.
A Aegon se le dibujó una sonrisa en el rostro.
-¿Te estás preocupando por mi?- pasó sus manos por mi pelo aún sonriendo- ya veo que tu madre no ha conseguido hacerte cambiar de opinión.
Negué con la cabeza.
-Mi hogar es la Fortaleza Roja.
-Esa es mi chica…-susurró volviendo a cogerme en brazos para continuar sus pasos.
-Pero…¿Por qué no os han matado?- pregunté con curiosidad- pensé que…
-Mi hermana ha hecho venir a Aemond con una tregua por escrito-contestó- si la rompe todas las casas amigas la dejarán de lado. ¿Quién quiere una reina que no cumple su palabra?
-Pero , Ser Criston Cole está…
Aegon desvío sus ojos hacia el cielo para ver cómo Aemond aún encima de Vaghar sobrevolaba Rocadragón.
-Lo ha matado Aemond, no Rhaenyra.
Suspiré.
Solo cuando subimos al barco me volvió a dejar en el suelo.
-Voy a darte otros aposentos- comentó- unos aposentos que no tengan pasadizos secretos.
-Me gusta la habitación que comparto con Aemond...-susurré.
-Nuestros enemigos saben dónde duermes,¿Quién te asegura que no volverán a por ti?
Puso los ojos en blanco y solo entonces se percató de mi ropa, en ese momento sonrió apartando la mirada de mi.
-¿Qué?-fruncí el ceño.
-Acabo de recordar la primera vez que te vi- suspiró aún sin mirarme- una chica de pelo alborotado y ropa de chico.
Le miré intentando aparentar seriedad.
-Jamás había visto a una chica como tú…-susurró tan bajo que pareció habérselo dicho a sí mismo.
Me quedé en silencio, mientras el barco se alejaba de Rocadragón para adentrarse en el mar rumbo a la Fortaleza Roja.
-A veces me mata lo que estás haciendo, Visenya.
Levantó la vista y clavó sus ojos en los míos mientras yo le miraba con nerviosismo.
-No estoy haciendo nada- dije uniendo las cejas.
-Ese es el problema….- agarró una de mis manos bajo mi atenta mirada y desvío la vista hacia mis labios- que nunca haces nada.
Vaghar descendió casi rozando el agua y consiguiendo salpicarnos ligeramente mientras nosotros nos alejábamos el uno del otro.
-Venga- resopló Aegon- voy a llevarte con el gran maestre.
ESTÁS LEYENDO
La semilla del dragón// Aemond Targaryen 💚
AcakFANFIC House of the Dragon Aemond Targaryen