Twenty-five

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Me quedé apoyada en una de las paredes de Pozo Dragón a la espera de que Jace avisará a Aemond de que yo me encontraba allí.

Me temblaba todo el cuerpo y el estómago me dolía como nunca antes en mi vida. Mi respiración estaba agitada y mi corazón bombeaba sangre a una velocidad inhumana.

Habían pasado dos lunas y los nervios de no haberle visto durante todo ese tiempo se apoderaron de mi.

¿Y si esa chica de la casa Tyrell a la que había conocido le había gustado más que yo? ¿Y si me odiaba? ¿Y si él no tenía interés en verme? 

Mi corazón me dió un calambrazo. ¿Podía soportar aquél dolor?

Escuché unos pasos acercarse hacia donde yo me encontraba y me mordí el labio sintiendo que en cualquier momento caería desmayada.

-Visenya.

La voz de Aemond fue suficiente para que levantara la vista y la fijara en él. 

Había anochecido y Pozo Dragón se había sumergido en una oscuridad casi aterradora, aún así aquél me pareció el lugar más agradable en la faz de la tierra cuando le pude ver al fin en frente de mi.

-Aemond..-susurré.

-¿Para eso escapaste?- preguntó al fin-¿Para comprometerte con Jacaerys?

Negué con la cabeza con las lágrimas ya asomando por mis ojos.

-Aegon me tuvo retenida en Harrenhal durante una luna-  intenté aguantarme las ganas de romper en llanto- me dejó allí con la esperanza de que tú acabarás comprometiéndote con alguna chica más apropiada para ti.

Estaba todo oscuro pero pude ver como sus manos le temblaban de forma similar a las mías.

-Y Jace me sacó de aquél infierno-terminé de decir- fue el único que pudo encontrarme.

-¿Por eso vas a casarte con él?- dió un paso hacia adelante.

-Voy a casarme para dejarte el camino libre- contesté- para que puedas…

-¿Sabe Jace lo nuestro?- caminó hasta posicionarse delante de mí, tan cerca que pude oler su aroma- ¿Sabe acaso que te hice mía?

Sonrió de medio lado con enfado cuando negué con la cabeza.

-¿Qué es lo que sientes por mí, Visenya?- preguntó pillandome por sorpresa.

Miré hacia los lados con nerviosismo y tragué saliva cuando dio otro paso más, casi tan cerca que no pasaba ni el aire.

-¿Qué sientes por la chica de la casa Tyrell que ocupa seguramente mis aposentos?

-¿Me respondes con una pregunta?

Asentí armándome de valor para levantar la vista. Nuestras miradas se cruzaron e inconscientemente desvíe la vista hacia sus labios.

-Siento lo mismo que sientes tú cuando ves a Jace.

Suspiré provocando que él también guiará su ojo a mi boca.

-¿Amor?

Esbozó una amplia sonrisa que hizo que mis piernas flaquearan.

-¿Eso es lo que sientes por el hijo de Rhaenyra? ¿Amor?

Asentí intentando parecer segura.

-Entonces no comprendo a qué has venido- de golpe se separó de mí dándome la espalda-¡Te he estado esperando y buscando durante todo este tiempo!

Se giró de nuevo de forma amenazante.

-¡Fui a Rocadragón y casi acabo matando a alguien pensando que te ocultaban de mi!.

-¡Fue tu propio hermano el que me ocultaba de ti!- me defendí apuntándole con el dedo- ¿Y sabes qué?

Me acerqué a él llena de rabia.

-Me he cansado de intentar llegar a ti y que siempre algo nos separe- mi dedo se hundió en su pecho mientras yo le miraba con el ceño fruncido- me he cansado de amarte y no poder tenerte,Aemond.

Su mano acarició mi pelo y entonces una lágrima resbaló por mi rostro sin poder contenerla durante más tiempo. Anhelaba tanto su contacto que me dolía cada músculos del cuerpo.

-Me acabas de decir que estás enamorada de Jace- sus manos se aferraron con fuerza a mi cintura tirando de mí- si has decidido venir a mentirme, al menos intenta que parezca real.

Y entonces rompí en llanto incapaz de continuar haciéndome la dura ante él.

Le quería, le amaba y eso no había cambiado con el paso de los días, le seguía necesitando como si fuera necesario para continuar con vida.

Escuché su respiración agitada y tras soltar un largo suspiro me atrajo hacia él con más delicadeza dejándome apoyar mi cabeza en su pecho.

-Visenya..-susurró cerca de mi oído mientras yo continuaba sumergida en un mar de lágrimas- te voy a hacer una pregunta, solo necesito un movimiento de cabeza ¿Entendido?

Escuché sus palabras con confusión.

Pasó su mano por mi pelo con delicadeza y hundíò su nariz en mi pelo apretando aún más su cuerpo contra el mío.

-La última vez que nos vimos me confesaste que cuando me viste por primera vez yo te parecí el chico más amable de Desembarco del Rey- se quedó en silencio durante un momento- me dijiste que no tuviste ojos para nadie más desde ese momento.

Absorbí por la nariz escuchando con atención lo que me decía.

-¿Sigue siendo eso así? ¿Sigues teniendo ojos solo para mí?

Con el rostro repleto de lágrimas me aparté ligeramente de él.

-Para mí jamás habrá nadie más-sentencie.

Me miró y se humedeció los labios.

-Tenemos que irnos de aquí- tiró de mi mano dirigiéndose hacia las escaleras.

-¿Irnos?- pregunté intentando que dejara de caminar- Jace me está esperando fuera.

-¿Crees que en este momento me importa Jace?- frenó sus pasos antes de bajar las escaleras y me cogió en brazos- vamos a solucionar esto ahora mismo.

-¿Qué es lo que quieres solucionar?- pregunté sin obtener respuesta.

Bajó las escaleras con rapidez y caminó hasta llegar a donde se encontraba su enorme e imponente dragón.

Solo entonces me dejó en el suelo.

-¿Vas a acompañarme?- preguntó con seriedad.

-¿A dónde?

-Vamos a solucionar el problema que tanto te molesta.

Le miré con el ceño fruncido.

-¿Vas a acompañarme?- repitió.

Me giré pensando en el daño que le haría a Jace y volví a mirar hacia las cuerdas del asiento que tenía enfrente.

Sin decir nada comencé a subir ayudada por Aemond.

-¿Estás preparada?- preguntó cuando ya nos habíamos sentado.

-Aún no se para qué debería estar preparada.

Vi como se le formaba una sonrisa en el rostro y sin decir nada más alzó el vuelo con Vaghar saliendo de Pozo Dragón.

La semilla del dragón// Aemond Targaryen 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora