La lluvia volvía a caer azotando las ventanas. Minho estaba en el porche, viendo cómo el agua fría empapaba la tierra. La preocupación se reflejaba en sus rasgos apuestos y orgullosos. Vestido tan solo con unos vaqueros y una camiseta, parecía que lucía un traje de diseño. Así era él, la viva imagen de una perfección de la que ella estaba perdidamente enamorada.
—¿Estás bien? —preguntó Irene tras él. Se apoyó en la balaustrada de madera, de espaldas al bosque.
Minho asintió un sola vez y se quedó mirando los árboles. Permanecieron en silencio unos minutos, en los que él no dejaba de mirar su reloj.
—Vendrá. Cualquiera vendría con la cantidad de dinero que le has prometido —le hizo notar ella.
Minho levantó los ojos, traspasándola con la mirada. La observó un momento, luego retrocedió y se sentó en el sofá donde Alice solía acomodarse para coser.
—No te estoy criticando. No lo tomes en ese sentido —se apresuró a aclarar Irene. Se sentó a su lado, tan cerca que sus piernas se tocaban—. Esa mujer vendrá esta noche y ayudará a Jisung. Estoy segura. Así que no te preocupes, ¿vale? —Le sonrió mientras le apretaba la mano intentando reconfortarlo.
—Gracias —dijo Minho.
Apartó la mano. No se sentía cómodo cuando se acercaba a él, más por Jisung que por sí mismo.
Minho tenía muy claro qué lugar ocupaba Irene en su vida. Era una amiga, nada más; pero una amiga importante a la que quería y protegería. Durante una época de su vida ella fue compañera, la más leal. La recorrió con los ojos, desde el pelo, recogido en una coleta, hasta las botas de combate que solía llevar. Era como si estuviera reencontrándose con ella, como si llevara años sin verla.
Esbozó una leve sonrisa.
—No he sido muy buen amigo últimamente, ¿verdad? —preguntó él.
Irene levantó la vista de sus pies, sorprendida, y se encontró con aquellos ojos azules que apenas recordaba. Allí estaba el chico con el que había convivido durante dos años. Su Minho, el de antes, no el que era ahora. Sonrió y casi se le escapó un sollozo.
—Bueno, estás pasando por muchas cosas. Es normal que no pienses en mí —musitó.
—Pero eso no es cierto, sí pienso en ti.
—¿De verdad? —preguntó ella con un nudo apretado en la garganta.
—¡Claro! —exclamó Minho; y le dio un golpecito cariñoso con la rodilla—. Siempre me preocuparé por ti, siempre. Y sé que Jisung también acabará haciéndolo. Deberían darse una oportunidad.
La luz desapareció de los ojos de Irene en cuanto Minho nombró a Jisung.
—Sé que es importante para ti, así que lo intentaré —dijo con una sonrisa forzada. Lo miró de reojo—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Sabes que sí.
—Hay algo que necesito saber, así que… tienes que ser sincero —pidió con voz entrecortada. Él dijo que sí con la cabeza—. Si yo no hubiera desaparecido entonces, tú y yo… ¿qué crees que habría pasado?
Minho meditó su respuesta durante unos segundos. Intentó dejar a un lado la vida que tenía ahora, a Jisung…
La lluvia arreció, golpeteando con fuerza el tejado y los peldaños que subían al porche. Las últimas luces del crepúsculo desaparecían tras las copas de los árboles y la oscuridad cubrió de un manto húmedo y frío la tierra.
—Creo que, de haber seguido juntos, habríamos encontrado a Ji Eun y a Andrew muchos años antes de lo que yo lo hice. —Encogió un hombro, quitándole importancia—. Quizá, compartir ese momento de venganza nos podría haber unido más. Yo no habría acabado aquí y puede que mi vida hubiera sido muy distinta —comentó Minho con la mirada perdida en la cortina de agua.
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Donde el cielo cae... [MINSUNG] SKZ •ADAPTACIÓN•
ФанфикMinho es callado, distante, y su mirada esconde grandes secretos. Sus cambios de personalidad intimidan y su atractivo revela tantas luces como sombras. Quizá, por eso, Jisung no puede quitárselo de la cabeza. Pronto descubrirá que no es un chico n...