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—Voy a hacerlo, Honnie. Dejaré que Andrea me haga esa intervención —dijo Jisung en voz alta. Sentado en el sofá del salón se abrazaba las rodillas—. Sea lo que sea esto que llevo dentro, quiero que me lo saquen.

Minho regresó de la cocina con un vaso de sangre templada y se lo entregó. Se sentó a su lado y suspiró.

—No creo que sea buena idea. No sabemos qué es, ni cuánto lleva ahí. Pueda que sea una anomalía genética y que nacieras con ella. O que la haya provocado tu transformación… —Lo miró a los ojos sin disimular lo mucho que lo preocupaba aquel tema—. Ten en cuenta que si Eun Woo y yo somos únicos en nuestra especie, tú también lo eres.

—¿Qué quieres decir? —preguntó él mientras bebía pequeños sorbos.

—Que no te mordió un vampiro normal, sino un híbrido que es mitad ángel; y te alimentas de mí, otro híbrido. Puede que esa mancha sea una consecuencia, una marca de lo que eres. ¿Quién nos asegura que al tocarla no podamos matarte? Quizá sea tu centro vital, no sé. Los humanos tienen aura, puede que eso sea una especie de halo también. —Se pasó los dedos por el pelo y lo alborotó con un suspiro—. No estoy dispuesto a correr el riesgo, Sung. Es tu vida la que está en juego y me importa demasiado.

—Tú lo has dicho, es mi vida. Tengo derecho a decidir.

—Lo sé… —Hizo una pausa. Le costaba decir aquello—.Temo que Lucifer, Marak o como demonios se llame, te haya hecho algo, algo malo, para poder chantajearme a cambio de algún… favor. Esa táctica ya le funcionó a Mefisto hace unos meses. No haré nada sin estar seguro.

Jisung se quedó en silencio, contemplando un anuncio en la tele sin sonido. Dejó el vaso sobre la mesa y con manos temblorosas se recogió la melena en una coleta. Estaba muy preocupado. No tener la menor idea de lo que le pasaba era una tortura, y las suposiciones de Minho lo eran todo menos alentadoras. Si le habían hecho algo para conseguir que él accediera a cualquier cosa que le pidieran, él estaba seguro de que lo haría sin dudar. No podía permitirlo, por eso debían adelantarse y saber qué terreno estaban pisando.

—Vale, puede que tengas razón —admitió Jisung sin mucha convicción—. Pero necesito que me ayudes a averiguar qué es esta cosa que llevo dentro. Porque… porque… —no sabía qué decir. Estaba asustado—. No me gusta cómo me siento, es como si me estuviera absorbiendo la energía.

Minho le rodeó los hombros con el brazo y la atrajo hacia su pecho. Lo apretó con fuerza y lo besó en el pelo. Su piel volvía a estar caliente y una fina película de sudor se le extendía por el cuello hacia la espalda. Era como si su vampirismo se estuviera revirtiendo y comenzara a ser humano de nuevo. ¡Una locura!, pero rezaba para que se tratara de eso, ojalá lo fuera.

—Lo haremos, te lo prometo. Ahora pensemos en otra cosa, ¿vale? Distraigámonos un poco, ambos lo necesitamos —sugirió él, dedicándole una sonrisa divertida. Le dio un golpecito en la nariz. Él sonrió. Le era imposible no hacerlo cuando se convertía en el hombre más encantador del mundo. Se acurrucó contra su pecho, mientras él apuntaba con el mando al televisor y seleccionaba una película. Se estaba convirtiendo en un adicto a las cintas de superhéroes y a los cacahuetes bañados en chocolate; y a él le encantaba hacer cosas tan normales como esa.

—Así que Eun Woo y tú hablan sobre mí —dijo Jisung.

Minho se puso un poco tenso.

—¿Te ha dicho que hablamos sobre ti?

Él deslizó la palma de su mano por el estómago de él y sacudió la cabeza contra su camiseta.

—No. Pero estoy seguro de que lo hacen; y no solo hablan de mí, también de otras muchas cosas —aseguró convencido—. Parece que se han hecho amigos.

Donde el cielo cae... [MINSUNG] SKZ •ADAPTACIÓN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora