Minho terminó de vestirse mientras Jisung se daba una larga ducha borrando de su cuerpo cualquier rastro de los últimos dos días. Estaba agotado y sediento, había evitado tomar sangre por si Jisung la necesitaba, y no sabía cuánto tiempo iba a poder estar así. Esperaba que el envío urgente que la Fundación Lee les había remitido llegara pronto. Cinco vampiros en Heaven Falls ya eran demasiados para que la pobre Lisa los alimentara con sus pequeños robos al banco de sangre.
Se recostó en la cama y desde allí tuvo una amplia visión del baño a través de la puerta entreabierta. Jisung, envuelto en una toalla, se miraba en el espejo con atención, recorriendo con los dedos la pálida piel de su rostro. Se inclinó sobre el lavabo para ver más de cerca sus ojos y después elevó el labio para observar sus diminutos colmillos.
—Sigues siendo precioso, más aún —dijo él. Jisung lo miró con escepticismo por encima del hombro.
—Mis ojos son violetas, ¿a cuántas
personas conoces con unos ojos como estos? —preguntó de vuelta a la habitación.—Lo que yo decía, precioso y único. —
Esbozó una sonrisa torcida que también lo hizo sonreír a él.—No vas a dejarme solo ni un segundo,
¿verdad? —inquirió Jisung arrojándole la toalla con la que se estaba secando el pelo.Minho negó con la cabeza y se encogió de hombros con una expresión de es lo que hay. Se levanto, fue hasta él y le rodeó la cintura con los brazos, besándolo en el hombro descubierto mientras rebuscaba en una pequeña maleta que Alice había preparado con algo de ropa.
—Quizá podamos salir un rato —dijo
Minho. Él asintió con una enorme sonrisa—, pero solo a la terraza, no nos alejaremos de la casa, ¿de acuerdo?Jisung volvió a asentir. Agarró unos
pantalones y una camiseta, y empezó a vestirse. Contemplaron abrazados el cielo cubierto de estrellas. Todo estaba tranquilo, en calma, sumido en una especie de hipnótico letargo.Minho cerró los ojos e inspiró reteniendo el nuevo olor de Jisung en sus pulmones. No era del todo diferente, pero sí más intenso, y le provocaba miles de mariposas revoloteando en su interior descontroladas.
Él se estremeció y se puso tenso de repente.
—¿Qué? —preguntó Minho.
—¿Tú también lo oyes? —inquirió él un
poco nerviosa.—¿El qué?
—Todos esos sonidos, el ruido, los golpes. El «pum pum» y el «zas zas», ese repiqueteo y los susurros.
Minho escuchó tratando de identificar
esos sonidos. Sonrió y lo estrechó con fuerza para que se sintiera mejor.—El «pum pum» parece el latido de algún animal, probablemente el de algún ratón asustado. El «zas zas» son pájaros batiendo sus alas. El repiqueteo es del grifo que hay en el garaje, aún no he tenido tiempo de arreglarlo. Y los susurros solo son las hojas de los árboles agitadas por la brisa.
—¿Puedo oír el corazón de un ratón desde aquí? —preguntó muy sorprendido.
—Sí.
—¡Vaya! Es tan… —vaciló buscando las
palabras.—Abrumador, increíble, atrayente…
Jisung rompió a reír.
—Sí —De golpe se puso serio. Un halo de
tristeza lo rodeó y deshaciéndose del abrazo de Minho se alejó unos pasos. Alzó la cabeza y contempló el cielo—. Pero hay otras que no lo son tanto —suspiró—. No hay colores en la noche, no hay amarillos, ni azules, ni rojos… no hay luz.
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Donde el cielo cae... [MINSUNG] SKZ •ADAPTACIÓN•
FanficMinho es callado, distante, y su mirada esconde grandes secretos. Sus cambios de personalidad intimidan y su atractivo revela tantas luces como sombras. Quizá, por eso, Jisung no puede quitárselo de la cabeza. Pronto descubrirá que no es un chico n...