Te Juro Que Te Sigo Amando

Ella está con Angie

Pov Daniela

Venía absorta entre mi celular y la conversación que mantenía con Paola cuando al cabo de veinte minutos el auto se detuvo en un lugar muy conocido por mí.

-¿Qué carajo hacemos aquí Paola?- exclamé mientras la miraba completamente desconcertada.

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-Este es el proyecto que tenemos asignado... la Fundación de Poché- expresó mirándome con cautela.

-¿Y hasta ahora me lo dices?- alcé la voz completamente contrariada.

-Si te lo decía no ibas a querer venir y e...-

-Pues claro que no iba a querer venir ¿En qué carajo estabas pensando?- la interrumpí manteniendo el tono de voz elevado.

-Daniela cálmate por favor. Sabes bien lo que pienso al respecto del tema de Poché, pero aparte de eso esto es trabajo...nuestro trabajo. Así que tienes que ser profesional- me señaló a modo de consejo.

-No estoy lista para verla- dejé caer mis hombros.

-Sé que es difícil volver a verla, pero mientras más pronto lo hagas mejor, con este trabajo la vas a ver muy seguido, lo mejor es que te vayas acostumbrando a eso-.

Pellizqué el tabique de mi nariz -¿Ella sabe qué tú y yo vamos a llevar este proyecto?-.

-Eso no sabría decírtelo, sin embargo, visto como terminaron las cosas entre ustedes dos me inclino por la opción de que ella no lo sabe- Paola tomó mis manos entre las suyas -Hagamos algo, entramos, estamos un rato, cumplimos con Giselle, que vea que hicimos acto de presencia y nos vamos, no tienes porque hablar con ella esta noche, de hecho eso es lo mejor ¿Te parece?-.

Lo pensé por unos segundos, si bien era cierto que la razón me decía que no estaba aún preparada para verla, a pesar de que vengo dispuesta a recuperarla, mi corazón me gritaba que necesitaba verla, que moría por verla. Así que sin pensarlo más y con mis nervios a mil me encontraba ya caminando junto con Paola al interior de la fundación.

Cuando entré al salón principal Poché estaba dando su discurso, vestida para enamorar a cualquier mortal y sonriendo de manera cálida. Había pensado en ella miles de veces desde que me fui, pero verla en vivo y directo no se comparaba con verla en mi mente, había visto muchas chicas en estos años y Poché seguía siendo la más hermosa que mis ojos habían contemplado sin excepción. Me quedé en la parte de atrás, pero sin duda estaba en su campo de visión, de pronto sus ojos se encontraron con los míos y mi cuerpo se estremeció, me costaba trabajo no mirarla a los ojos y no creer que hubiera un Dios en el cielo. Al mirarla ahora me preguntaba cómo había sobrevivido sin ella en estos últimos cuatro años.

Mi corazón se había saltado un latido con tan solo verla y comenzó a latir desbocado cuando en medio de su discurso hizo mención a las palabras que le dije en la colina, agradeciéndome también el impulso que le di para que fuera tras su sueño. Y cuando conectó su mirada con la mía, con esos ojos aceituna increíblemente cautivadores, sentí mi cuerpo temblar con solo clavar su mirada en mí, aunque fue solo un instante que me miró.

Ella terminó su discurso e inmediatamente fue abordada por su familia, por Angie, para dolor mío y por algunos invitados. Sabía que Poché debía estar completamente desconcertada por mi presencia aquí, el silencio en medio de su discurso cuando me divisó me lo confirmaba, era evidente que ella al igual que yo no sabía nada sobre que yo era una de las arquitectas que trabajaría en su proyecto.

Me dirigí a la mesa donde había distinguido a la pandilla para sorprenderlos, ellos aún no habían notado mi presencia en el lugar, no me extrañaba que estuviesen todos aquí, sabía que se habían vuelto muy amigos de Poché y eso me alegraba.