Lo Que Le Hice No Tiene Nombre

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Pov Daniela

Un mes después

‹‹¿Qué putas hice?›› Fue lo primero que pensé cuando desperté en una cama que no era mía y que lo único que cubría mi cuerpo eran unas sedosas sabanas grises.

-¡No Dios, por favor no!- murmuré tomando con desespero mi cabeza cuando me di cuenta que no estaba sola, que había otra persona compartiendo la cama conmigo.

‹‹Maldita sea la hora en que decidí venir a su casa››

Salí de la cama inmediatamente en busca de mi ropa la cual se encontraba desparramada por toda la habitación. Con mis manos temblorosas comencé a vestirme.

-Hey ¿Qué haces bebé?- dijo la otra persona con la que hace unos segundos estaba compartiendo la cama.

-No me digas así...No vuelvas a llamarme de esa manera nunca en la vida- solté con enojo terminando de colocarme la ropa.

Ella se sentó con una expresión de desconcierto en su rostro -¿Por qué estás actuando de esa manera?-.

La miré asombrada -¿Qué por qué estoy actuando de esa manera? ¿Por qué carajos crees que sea?- grité incrédula caminando de un lado a otro por la habitación -Joder Juliana ¿Es qué acaso no te das cuenta de lo grave de la situación?-.

-No, no le veo lo grave por ningún lado- dijo levantándose de la cama como Dios la trajo al mundo, como si fuera de lo más normal estar así delante de mí y bajé la mirada -Dani hablemos ¿Sí?- avanzó hacia mí y alcé mi mano para que se detuviera.

-No pienso hablar contigo así- espeté con mi mirada fija en el piso -Vístete y te espero en la sala- me di la vuelta y salí de la habitación.

Me senté en el sofá apoyé mis codos en la rodilla y escondí mi rostro entre mis manos. Mi cabeza latía con fuerza y mi boca estaba más seca que el desierto. ¿Cómo había terminado en la cama con ella? No recordaba nada de lo que había pasado la noche anterior, nada.

Levanté mi rostro cuando sentí los pasos de Juliana entrar a la sala, se sentó en una silla cercana a mí y una ola de ira y confusión se apoderó de todo mi cuerpo.

-¿Qué demonios hiciste anoche, Juliana?- pregunté tratando de contener mi enojo.

-¿A qué te refieres?- respondió Juliana frunciendo el ceño como si no entendiera mi reacción.

-Sabes muy bien a qué me refiero- dije levantando la voz -¿Qué diablos pasó anoche?-.

-Lo que tenía que pasar- respondió Juliana con una sonrisa de felicidad.

-¿Cómo pudiste aprovecharte de mí de esa manera? Estaba completamente borracha y no tenía idea de lo que estaba haciendo-.

-Lo que paso anoche fue porque las dos así lo quisimos- dijo entre dientes con tono de ofendida.

Me levanté del sofá aventando un cojín al piso -No me jodas, Juliana. Te aprovechaste de mi estado de ebriedad para estar conmigo, ¿verdad?- la fulminé con la mirada.

Ella también se levantó del sofá –Dani, escúchame– dijo tratando de calmarme -No me aproveché de ti. Lo que sucedió anoche fue culpa de las dos-.

-¿Cómo te atreves a decir eso? ¿Te aprovechaste de mí porque estaba ebria y no podía darme cuenta de lo que estaba pasando?- espeté con furia.

-No, eso no es lo que pasó. Te juro que lo decidimos juntas, las dos lo quisimos- aseguró con sus ojos a punto de llanto.

­-Pero yo no recuerdo nada de lo que pasó. ¿Cómo puedo confiar en lo que dices si no tengo ni idea de lo que sucedió?- apreté los dientes a punto de rompérmelos.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora