Te Juro Que Te Sigo Amando

¿Y Si Dejo De Amarte?

Pov Daniela

Abrí los ojos con lentitud y me encontré con la figura dormida de mi novia al lado mío. Una sonrisa de felicidad iluminó mi rostro porque estaba despertando al lado de la mujer que tanto amo. Despertar al lado de Poché es una de mis cosas favoritas del mundo. Luego de que las chicas se fueron, subimos a nuestra habitación y entre caricias y abrazos llenos de cariño y amor nos quedamos dormidas.

Observé a mi novia detalladamente, admirando cada rasgo de su rostro. Su cabello desordenado, las pestañas largas y rizadas, su perfectamente simétrico y hermoso rostro. Sentía una atracción indescriptible por Poché, pero más allá de la belleza física, era su personalidad bondadosa, su sentido del humor y su apoyo incondicional lo que me enamoraba cada día más. Me recosté sobre mi costado y acaricié suavemente su cabello, sintiendo su respiración cálida y tranquila. En ese momento, una ola de gratitud me invadió y agradecí a la vida por permitirme despertar al lado de esta maravillosa mujer. Sabía que no había nada más importante para mí que compartir mi vida con ella.

Con un suspiro de felicidad, me acomodé más cerca de ella y cerré los ojos. El sol comenzaba a asomar por la ventana, iluminando su rostro haciéndolo lucir más hermoso todavía y eso me dio la sensación de que el día comenzaba de la mejor manera posible. Sabía que sin importar lo que el futuro nos deparara, estaríamos juntas para enfrentarlo juntas, y eso era lo que más importaba.

Después de unos minutos, el movimiento del cuerpo de Poché me hizo abrir los ojos nuevamente. Ella se despertó con una sonrisa en el rostro y me miró con cariño.

-¿Cómo te sientes mi amor?- pregunté devolviéndole la sonrisa mientras acariciaba su ceja lastimada con delicadeza.

-Estoy muy bien, gracias a ti- respondió ella besando mi frente.

Ambas nos quedamos en silencio, disfrutando de la compañía de la otra y la calidez de la cama. Tomé la mano de mi novia y la entrelacé cuidadosamente con la mía, sintiendo su calidez y seguridad.

-No puedo creer que tengo tanta suerte de tenerte a mi lado- dije en voz baja, acariciando su mano.

-Yo también me siento afortunada de tenerte Calle- respondió acercándose a mi rostro y dándome un beso dulce en los labios.

Me acurruqué en su pecho, sintiendo el latido de su corazón y la tranquilidad que su presencia me brindaba. Sabía que no había nada más importante que compartir estos momentos con ella, disfrutando de cada instante como si fuera el último. Para mí, no había lugar más feliz en el mundo que este momento y este lugar, al lado de mi gran amor. Luego de estar más de una hora de holgazanear en la cama decidimos levantarnos cuando el hambre nos atacó. Me metía a duchar por exigencia de mi novia ya que ella quería encargarse hoy del desayuno.

-Esto estuvo definitivamente muy delicioso- dije con una sonrisa sincera tomando el último bocado de mis hotcakes -Gracias por preparar el desayuno bebé-.

-Tomando en consideración que solo piqué frutas e hice una mezcla para los hotcakes, no hay nada que agradecer amor- dijo divertida.

-Claro que si hay mucho que agradecer. Realmente necesitaba esto bebé. Un buen desayuno preparado con mucho amor por mi chica- le lancé un beso en el aire

-Bueno en eso si tienes razón. Lo preparé con mucho amor- respondió con una sonrisa tierna dibujada en sus labios -¿Cómo te estás sintiendo ahora?- preguntó mientras tomaba un sorbo de su jugo.

Suspiré, sabiendo que no podía evitar el tema para siempre -Todavía me siento enojada y traicionada, pero estoy tratando de superarlo. Y estoy muy agradecida y feliz por tener aquí conmigo-.