Pudimos Haber Buscado Una Solución Juntas

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Pov Poché

Decir que no estaba nerviosa sería mentir, negar que tenía miedo sería una falacia. Estaba nerviosa, ansiosa, asustada del impacto que podría tener esta conversación en mi historia con Calle, de lo que podría significar para las dos el resultado de la misma. Mientras subíamos en el ascensor esperando llegar a su apartamento, lugar donde se desarrollaría una de las conversaciones más importantes y determinantes de mi vida, el silencio que nos acompañaba era un claro indicativo de que tanto Calle como yo sabíamos que esto marcaría el reinicio o el final de lo que una vez tuvimos, de lo que una vez fuimos. Desde que ella había regresado de Los Ángeles y nos reencontramos, habíamos estado envueltas en una especie de circulo vicioso de la que ninguna quería salir a pesar de lo desgastante que podía llegar a ser. Nos habíamos enojado, gritado, ignorado, celado, provocado, coqueteado, besado...hasta en cierta medida nos habíamos mimado. Pero estábamos conscientes, o por lo menos yo lo estaba, de que si luego de escuchar su verdad, esta no tuviera el suficiente peso, la suficiente fuerza para que las cosas se arreglaran entre nosotras, ya no podríamos volver a ese círculo vicioso, ya no sería correcto ni sano para ninguna de las dos, ya debíamos asumir y aceptar que todo se terminaba entre las dos, que era el final y que cada una debía seguir su vida sin la otra incluida en ella. Y esa posibilidad simplemente me aterraba...Me aterraba aceptar que tendría que sacar a Daniela Calle definitivamente de mi vida. Mi corazón me dolía solo de imaginarme que ella ya no sería mía, ni yo sería para ella.

En el momento que bajamos del elevador y puse un pie en el apartamento, los recuerdos de aquella noche, cuando hicimos el amor por última vez antes de que Calle se marchará sin siquiera despedirse, se hicieron presentes en mi mente como un recordatorio de estos cuatro años sin saber las razones de por qué se fue de esa manera, sin saber por qué había decidido romperme por segunda vez el corazón o mejor dicho terminar de destruirlo cuando apenas se estaba comenzando a recuperar. Las preguntas que habían habitado el espacio que había dejado su partida hasta este momento iban por fin a obtener sus respuestas. Cuatro años más tarde rogaba porque esas respuestas no terminaran separándonos para siempre.

Tomé asiento en el sofá de la sala como Calle me lo pidió mientras ella iba a su habitación en busca de no sé qué cosa. La tensión y los nervios me estaban abrumando, enfoqué mi mirada en un punto fijo para calmarme, agaché mi cabeza escogiendo como mi punto de enfoque el piso a mis pies. Respiré profundamente para estar con mis cinco sentidos activos y lúcidos para poder estar a la altura de la conversación tan determinante que estaba por desarrollarse dentro de estas cuatro paredes, teniendo como protagonistas a ella y a mí, donde nuestros corazones al final podrían salir beneficiados o, por el contrario, podrían terminar siendo víctimas. Estaba tan concentrada en calmarme que no sentí cuando Calle regresó a la sala hasta que colocó sobre la mesa frente al sofá donde me encontraba sentada dos carpetas. Observé por un segundo las carpetas y luego levanté mi cabeza y la miré contrariada.

-Estás son las pruebas de que nunca te engañé al decirte que te amo. Esta es la verdad de porque me fui cuando me moría por quedarme contigo. Allí vas a entender porque tuve que soltar tu mano para sostener la de otra persona- pronunció explicando el motivo de la presencia de esas carpetas, pero igual seguía sin comprender.

-No entiendo- dije con mi ceño fruncido mientras ella tomaba asiento en el sofá individual delante de mí.

-Solo lee lo que hay adentro por favor- pidió con nervios en sus ojos -Es indispensable que lo leas para que luego entiendas todo lo que te voy a decir-.

Tomé la primera carpeta y al abrirla distinguí un documento con el membrete del Consorcio Calle así que asumí que era la empresa del papá de Calle aun así no entendía la relación que podría tener esto con nosotras dos, pero iba a hacer lo que ella me pidió, así que leí lo que decía el papel en mi mano. Se trataba de una licitación para la construcción de un complejo hotelero en asociación de Consorcio Calle y Achaga Hotel Group, cuando leí el nombre de la compañía asociada a los Calle me tensé al ver que se trataba de la empresa de la familia de Santiago, el ex de Calle, con quien ella se fue el día que decidió abandonarme, esta asociación demostraba lo compenetrada que estaban las dos familias y deduje que era debido al noviazgo de Calle y Santiago, no pude evitar sentir una punzada al recordar en las condiciones que conocí a Juliana, su hermana, durante el episodio de salud de su papá, ya que Calle nunca me presentó con su familia alegando que no aceptaban su sexualidad cuando otro muy diferente era el motivo, su familia ya conocía a su novio real. Me obligué a dejar esos pensamientos de un lado para volver a concentrarme en mi lectura. La verdad seguía sin entender que tenía que ver esto con nosotras al parecer era una licitación común y normal firmada por Germán Calle lo cual tenía lógica al ser él uno de los dueños de las empresas asociadas en ese proyecto.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora