A Esa Mujer Solo Puedo Encenderla Y Apagarla Yo

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Pov Poché

¿WTF? ¿Sin camisa? Era un puto baile sensual no un striptease. Parecía como si Laura fuera poseído la boca de a Abi y fuera sido ella la que me puso la penitencia. Iba a negarme a lo de quitarme la camisa, pero decidí hacerlo cuando vi la enorme sonrisa de suficiencia en los labios de mi novia. Ella parecía, que digo parecía, ella estaba completamente segura de que no lo haría, primero porque no soy así de extrovertida, aunque estar en brasier sería como estar con la parte superior de un traje de baño, además el brasier que llevaba puesto no transparentaba para nada mis pechos, y segundo, estoy más que segura, que Calle juraba que no lo haría porque mostrarme en brasier delante de los chicos sería algo que yo sabía de sobra que a ella le enojaría y por ende me negaría. Así que le iba a dar una lección por presumida.

Todos rieron ante la penitencia impuesta por Abi y comenzaron a gritar y a animarme, alentándome a que me pusiera en marcha. Calle me taladró con la mirada advirtiéndome con sus ojos que no me atreviera a hacerlo y la sonrisa presumida que hacía unos segundos adornaba sus labios desapareció por completo convirtiéndose en una línea recta. Pero en lugar de dejarme intimidar por su mirada amenazante, me levanté del sofá y me concentré en la música "Sexyback" de Justin Timberlake. Comencé a mover mis caderas cadenciosamente caminando hacia Calle mientras la música se apoderaba del ambiente. Puedo sentir los ojos de todos fijos en mí, pero mi atención estaba completamente centrada en mi novia, quien aún me miraba con cara de enojo. Sus ojos se abrieron más de lo normal y apretó su mandíbula con fuerza, cuando tomé con movimientos sensuales el borde de mi camiseta y la fui subiendo poco a poco dejando al descubierto mi torso hasta que finalmente me la quité quedando en brasier y la arrojé a sus piernas. Todos me aplaudieron y me ovacionaron mientras Calle ni se preocupó en tomar la camiseta y seguía fulminándome con la mirada, evidentemente enojada por la parcial desnudez de mi torso. Mis nervios se hicieron presente ante la idea de una discusión más adelante por lo molesta que se veía, pero estaba decidida a seguir adelante.

Comencé a moverme al ritmo seductor de la música, deslizando mis manos sensualmente por mi cuerpo, dejando que mi cabello cayera sobre mis hombros. Me acerqué a Calle y la miré fijamente a los ojos, sintiendo la tensión entre nosotras aumentar. Continué bailando, moviendo mi cuerpo de manera sensual mientras enredaba mis manos en mi cabello jugando con él y luego deslicé mis manos por mi cuello, en tanto que mi mente y mi mirada se concentraban en ella. Comencé a bailar a su alrededor, acercándome y alejándome de ella, provocándola con mis movimientos, jugué seductoramente con los tirantes de mi brasier y vi como apretó sus manos en puños. Me acerqué con una sonrisa traviesa a ella, con intención de bajarle un poco el enojo y que disfrutara del momento, que supiera que independientemente de quienes se encontraran en la sala en este momento, yo estaba bailando solo para ella...mi mujer. Apoyé mis manos sobre sus rodillas y las fui subiendo lentamente hasta detenerme cerca de su entrepierna mientras acerqué mis labios a los suyos dejando salir sobre ellos una bocanada de aire. Noté como la mirada de Calle había pasado de estar llena de enojo a estar llena de deseo, llevé mis labios a su oreja y susurré en ella lo más bajo posible -Me muero porque me folles con tu lengua- le di un beso húmedo detrás de su oreja y volví a acercar mi boca a la suya.

Ella intentó unir nuestros labios y me eché hacia atrás impidiéndoselo, le guiñe el ojo mientras le regalaba una sonrisa ladina y vi como luchó por ocultar la sonrisa que estaba formándose en sus labios. Me alejé para continuar con mi baile y me entregué por completo a la música, al ritmo que fluía a través de mi cuerpo y la emoción que recorría mi piel. De repente, me sentí incontrolablemente atraída hacia el cuerpo de mi novia y sin dudarlo me dejé llevar por ese magnetismo sexual que desprende toda ella y que me domina total y absurdamente, me senté en su regazo mientras la música seguía sonando. Para este momento la molestia de Calle parecía haber desaparecido y me miró con una sonrisa juguetona en su rostro, imaginándose lo que venía a continuación. Pasé mis brazos alrededor de su cuello y ella posó sus manos en mi trasero sosteniéndolo con firmeza, mientras mis caderas seguían moviéndose, esta vez sobre ella, al ritmo de la canción.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora