¿Estás Enojada?

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Pov Daniela

-¿Me dejas besarte?- pidió uniendo nuestras frentes.

-Sí- susurré sobre sus labios.

(+18)

Una sonrisa de medio lado se formó en sus labios. Su boca impactó con la mía, mis manos se enredaron en su cabello y ella sujetó con fuerza mi cintura. Sus labios se movían en sincronía mientras Poché llevaba el control del beso. Mis manos comenzaron a recorrer su espalda hasta llegas a su parte baja, apreté y manoseé su trasero a mi antojo y la pegué más a mi cuerpo. Un sutil jadeo escapó de mi boca cuando mordió mi labio inferior e introdujo su lengua, mi cuerpo se prendió a punto de ebullición cuando nuestras lenguas se encontraron en un delicioso y cadencioso juego de caricias entre ellas, arrastrándome en un torbellino de pasión y deseo. Sin importar cuantas veces Poché y yo nos habíamos besado, sus boca siempre causaba el mismo efecto en mí, siempre me elevaba al infinito y lograba encender mi cuerpo consumiéndome en un fuego voraz con tan solo unir sus labios a los míos.

Su cuerpo aprisionaba más al mío haciendo que nuestras caderas se acariciaran entre ellas. Mientras el beso se tornaba extremadamente pasional y carnal, sentía como mis pulmones ardían por la falta de oxígeno, pero era tan rico nuestro beso que no quería detenerme, no quería dejar de sentir nuestras bocas comerse. Sin embargo, como siempre el maldito aire salió victorioso y tuvimos que romper nuestro beso en busca de él.

-Extrañé tanto besarte así- pronunció jadeante -Tus labios me enloquecen, no hay nada más rico que tus besos- me acerqué a su boca y atrapé su labio inferior con mis dientes mordiéndolo. Poché soltó un quejido entre dolor y placer y pasé mi lengua para aliviar la zona    -Calle, justo ahora no tengo control de mí, así que si no me detienes te advierto que no respondo por lo que pueda pasar- su voz estaba agitada al igual que su respiración.

-Aquí estoy, demuéstrame que tanto puede pasar- la reté con palabras y con mi mirada.

-Solo imagina cuan desesperadamente te deseo- murmuró acariciando el contorno de mi mandíbula con la punta de su nariz.

-No puedo imaginármelo ¿Por qué mejor no me lo demuestras?- tomé su barbilla entre mi pulgar e índice levantando su rostro y succioné su labio inferior -Demuéstrame cuanto me deseas Poché- susurré y pasé mi lengua por todo el contorno de su boca.

Poché respiró con dificultad y sus pupilas se dilataron. En un solo movimiento, algo brusco, me subió a la barra de la cocina y volvió a unir nuestros labios en un desesperado, pero exquisito beso. Ahogué un gemido en su boca cuando sentí su mano bordear mi entrepierna.

-¿Puedo?- preguntó sobre mi boca tomando el elástico de mi short.

Me pareció dulce que me pidiera permiso para algo que las dos deseábamos como locas. A pesar de que la había retado a que me demostrara su deseo y de la seguridad que hace unos segundos Poché emanaba, ella se sentía algo cohibida ante las restricciones que le había impuesto desde ayer.

-Puedes hacer conmigo lo que quieras...Bebé- le guiñé el ojo con picardía.

Poché mordió su labio inferior y su mirada se oscureció de deseo, más aun de lo que ya estaba, bajó el short de mi pijama y me despojó de él junto a mi ropa interior que para este momento se encontraba empapada. Agarró mi trasero y me impulsó un poco hacia el borde de la barra. Se deshizo de la parte superior de mi pijama y comenzó a besar mis pechos haciéndome jadear ante la sensación de sus labios en mis pezones -¡Joder que delicia! Rodea mi cintura con tus piernas amor- demandó con su voz llena de deseo.

Hice lo que me pidió, ella acarició de arriba abajo mi centro húmedo con la yema de sus dedos haciendo presión con su pulgar cuando se encontró con mi clítoris, robándome suspiros de gozo. Solté un gemido alto cuando uno de sus dedos entro en mí, estaba tan mojada que metió un segundo dedo con facilidad. Enterré mi rostro en el hueco de su cuello disfrutando de la placentera y deliciosa intromisión de sus dedos en mi sexo.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora