Lidiar Con LA Culpa

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Pov Poché

Salimos de la delegación pasada la una de la mañana. Le pedí a Calle que me llevara a la clínica, necesitaba saber cómo se encontraba Angie. Agradecí en mi interior el silencio que me brindaron Calle y mi papá mientras nos dirigíamos a nuestro destino. Mi cabeza estaba recostada en la cabecera del asiento en dirección hacia la ventanilla, mientras mi mirada se perdía en las calles solitarias de la ciudad, mi mente estaba preocupada por Angie. Me arrepentía tanto de haberle dicho esas palabras tan hirientes antes de salir de mi oficina, sentía un dolor cada vez que pensaba en eso "Desde hoy no quiero saber nada de ti. Para mí estás muerta, Jódete Angie" Esas palabras se reproducen una y otra vez en mi cabeza atormentándome. Estuvo tan mal lo que le dije, pero el enojo por sus acciones había tomado el control de mis emociones en ese momento.

Salí de mis pensamientos cuando sentí como Calle tomaba una de mis manos con su mano libre del volante y entrelazó nuestros dedos, dejando caricias con su pulgar en el dorso. Volteé a verla y me encontré con su mirada llena de cariño y ternura sobre mí, le regalé una dulce sonrisa que no dudó en devolverme. Tenerla a mi lado en estos momentos me daba fuerzas, estaba tan agradecida por su comportamiento conmigo al enterarse por lo que estaba pasando. Ella había sido tan atenta y dulce, sin dudarlo había ido en mi auxilio y se preocupó en llamar a mi papá en el camino. Sin duda alguna Calle me había demostrado una vez más lo mucho que me ama.

-Te amo- gesticulé apretando su mano.

-También te amo bebé- susurró con una linda sonrisa en sus labios antes de regresar su mirada a la vía.

Durante el resto del camino mantuvimos nuestras manos entrelazadas, ese simple gesto me transmitía una seguridad y serenidad que me urgía en estos momentos. Finalmente llegamos a la clínica y nos dirigimos a la sala de espera. Allí me encontré con Abi y Laura, quienes apenas me vieron corrieron a abrazarme.

-Dios Poché, que bueno que ya estés libre. Estábamos tan preocupadas por ti- la voz de Abi denotaba alivio.

-Gracias chicas, por su preocupación y por estar aquí- dije soltándome del abrazo.

-No tienes nada que agradecer. Nos alegra que hayas salido de ese lugar y de que estés bien. Pero aún no entendemos muy bien que fue lo que pasó ¿Por qué Angie se atravesó frente a tu auto?- Lau frunció el ceño desconcertada.

-¿Podríamos hablar de eso luego?- les pedí -Ahora solo quiero saber cómo se encuentra Angie-.

-Claro Poché, lo importante es que estás aquí- intervino Abi.

Volteé a ver donde se encontraba Calle y me sorprendió ver que se acercaba a mí en compañía de Paola.

-Hola Poché, me alegra que hayas salido de la delegación- sus palabras parecían sinceras.

-Gracias Paola- respondí con amabilidad. Le lancé una mirada interrogadora a Calle y ella no dijo nada. Si Paola estaba aquí significaba que ella la había llamado para contarle. Lo que sentí en el momento no fueron celos precisamente, pero si me generaba una sensación extraña de incomodidad el ver cuan, importante se había convertido Paola para ella. Porque por lo visto a ninguna de sus amigas de toda la vida les había avisado, porque sin duda alguna si las hubiera llamado ellas estarían aquí -¿Tienen alguna información del estado de Angie?- les pregunté a las chicas, enfocándome en lo que era realmente importante en estos momentos.

Abi y Laura intercambiaron miradas, como decidiendo quien hablaba primero. Su actitud me indicaba que algo malo ocurría.

-Angie está grave Poché. Su estado es crítico- Abi tomó la palabra -Al parecer el golpe en la cabeza fue muy fuerte, además luego de que salió de cirugía, presentó una hemorragia interna de la cual no se percataron los doctores, así que tuvieron que ingresarla nuevamente a quirófano para detener el sangrado, lo cual complica más su situación. Ese fue el informe que nos dieron hace una hora, aún la tienen en quirófano-.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora