¿Había Sido Buena Idea Regresar?

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Pov Daniela

Esta mañana me levanté de muy buen humor, tenía las cosas claras con respecto a Poché, iba a conquistarla de nuevo, pero no de la manera romántica que todos esperarían que conllevara conquistar a una persona. Poché en su momento se había sentido atraída por la Calle arrogante, insolente y atrevida cuando nos conocimos y esa era la Calle que iba a hacer acto de presencia, por supuesto también iba a tener uno que otro detalle con ella, pero a su vez no iba a rogarle ni mucho menos, iba a sacar mi personalidad bipolar de la que tanto se quejó antes de que fuéramos novias. Poché podía estar con Angie hasta podía tontear con Valeria si así lo quería, pero al final del día iba a irse a la cama pensando en mí y no en ninguna de ellas dos.

Mientras desayunaba estaba chateando con las chicas, la vida de adultas nos limitaba vernos tan seguido como quisiéramos y teníamos que recurrir a los chats y las videollamadas para mantenernos frecuentemente en contacto. Aproveché de contarles sobre mi decisión de no decirle por los momentos nada a Poché sobre la verdadera razón de mi ida a Los Ángeles y sobre mis planes de reconquistarla, al principio no les pareció, pero terminaron apoyándome y al final terminamos recordando y riéndonos de esa época en la que hicimos el juramento de sangre en el baño de la universidad para ayudarme con Poché y a Paula se le ocurrió que lo volviéramos hacer, esta vez sin agujas ni sangre de por medio, esta vez lo hicimos de manera virtual. Paula hizo jurar a Kim y a Juli ayudarme a reconquistar a Poché y esta vez incluyó a Johan que se encontraba en su apartamento, quien a su vez les llamó a Mario y Sebas para incluirlos también, quienes aceptaron felices de la vida y no pude evitar reír ante las ocurrencias de mis amigos y sentirme feliz de poder contar con ellos.

Al terminar la videollamada con mis amigos entró a mi celular una llamada de Renata informándome que antes del mediodía ya estaría lista la que iba a ser mi oficina temporal en la galería, también me informó que ya había llegado la mesa de dibujo que el estudio, por petición de Paola, había enviado. Antes de ir a la galería pasé por el estudio para organizar todos los materiales de trabajo que iba a necesitar y de pasada iba a reunirme con Paola para compartir algunas ideas sobre el proyecto. Decidí trabajar la mañana en el estudio y después del almuerzo iría a la galería.

Pasé toda la mañana sumida entre planos, medidas, reglas, lápices de dibujo hasta que Paola me interrumpió para invitarme a almorzar, invitación que por supuesto no rechacé. Organicé todo lo que necesitaba llevar a la galería para dejarlo de una vez en mi auto ya que no pensaba regresar por hoy al estudio. Luego de un delicioso almuerzo y de una agradable y divertida plática, que nunca faltaba junto a Paola, tomé rumbo a la galería, pero antes paré por el café favorito de Poché, recordaba que luego de la hora del almuerzo le gustaba tomar café para recargar energías y continuar con sus obligaciones. Ayer por obvias razones no le entregué el que le había comprado, así que esta vez esperaba no conseguirme con ninguna desagradable sorpresa como la de ayer al llevarle este café.

Entré a la galería y me encontré con Renata a quien también por cortesía le había traído un café.

-Hola Renata ¿Cómo te va?- la saludé con una sonrisa amable -No sabía cuál es tu café favorito, así que te traje un capuccino. Espero que te guste- expliqué mientras le entregaba la bebida.

-Hola Daniela, capuccino está perfecto. Eres muy amable, no te hubieras molestado- tomó la bebida agradeciéndome algo apenada -Tu oficina ya está lista, dame unos minutos mientras reviso unos correos y ya te la muestro-.

-Lo del café no es ninguna molestia ¿Poché está en su oficina? También le traje uno a ella y me gustaría llevárselo antes- alcé el vaso que tenía en mi mano -Así tú terminas de hacer tus cosas y ya después me muestras la oficina ¿Te parece?-.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora