O Te Bajas O Me Atropellas... Tú Decides

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Pov Daniela

‹‹Mierda, mierda y más mierda››

Entré a mi oficina con ganas de tirar todo a mi alrededor, era desmedida la rabia y la impotencia que tenía, nunca me había sentido así. Pero en el momento en que ella salió de su oficina juntó a Valeria, después de que yo la invitara a almorzar conmigo y dijera que estaba muy ocupada, sentí como la rabia me invadió y más aún que se burlara de mí al invitarme a comerme la ensalada que había ordenado y que de paso me dijera que ya estaba paga y la guinda al pastel se la puso todo el tiempo que se tardó en el fulano almuerzo ese.

Estaba furiosa, indignada, celosa, no hice más que mirar el reloj esperando que regresara para exteriorizar todo el enojo acumulado en mí y eso me llevó a que en arrebato entrara como una tromba a su oficina ignorando por completo a Renata en el camino. Los celos no me dejaron actuar con raciocinio y sé que la cagué que no debí enfrentarla de esa manera, que seguramente debe estar llamando al estudio para pedirle a Paola o en el peor de los casos a Giselle mi salida, no solo de la galería sino también del proyecto y que esta actitud me perjudica en cuanto mi intención de reconquistarla, pero no me pude contener. Me enloquece tener que lidiar con el hecho de que hay dos personas en la vida de Poché y ninguna de esas personas soy yo.

Me senté en la silla y apoyé mis codos sobre el escritorio y hundí mi rostro entre mis manos, tratando de controlar la cólera que aún tenía. Sentía a Poché cada vez más lejos, a pesar de que anoche pensé, sentí que no le soy indiferente, pero con la facilidad que pasó hoy de mí me hace dudar de eso. Respiré profundamente, tenía que calmarme sí o sí, le había dicho que antes de que se fuera, nuestra conversación iba a seguir, le voy a dejar ver que solo conmigo es que ella puede ser feliz, que solo conmigo es con quien debe estar, que nadie la ama ni la amará como yo... yo que hice todo por protegerla.

¿Debería contarle toda la verdad? ¿Debería arriesgarme a que regrese conmigo sin saber si es por lástima o por amor? ¿Podría vivir con esa duda? Porque si de algo no estoy segura en estos momentos es de que ella aún me ame o de que quede algo de ese amor que un día me tuvo.

Necesitaba despejar mi mente para poder tomar una decisión antes de hablar con ella más tarde, así que tomé una lámina de papel y me puse a dibujar sobre ella para relajarme. Me entretuve en el diseño que estaba creando que no me di cuenta de que ya era tarde. Salí de la oficina sin organizar nada y dejando las luces encendidas para ir en busca de Poché. Se sentía la soledad en la galería, fui hasta su oficina y en el trayecto pude constatar que Renata al igual que Claudia ya se habían ido. Toqué la puerta de su oficina y no recibí respuesta, pude ver que no se veía luz por debajo de la puerta, intenté abrirla y estaba con llave. Maldije por entretenerme en lo que estaba haciendo y no percatarme de la hora y mi enojo regresó porque nuevamente Poché se burlaba de mí.

Fui hasta la salida y en el camino me encontré con Manuel el encargado de la seguridad de la galería, le pregunté si había vista a Poché y me dijo que acababa de salir. Me apresuré en salir y vi que estaba a punto de irse y prácticamente corrí hasta quedar frente a su auto evitando que arrancara.

-¿Estás loca?- gritó bajando el vidrio de la ventana -Muévete de allí-.

-No me voy a mover- dije con firmeza.

-Que te muevas de allí Calle- volvió a gritar.

-O te bajas o me atropellas. Tú decides- mantuve mi postura.

-Calle, no pienso ir a una clínica, ni a la morgue ni mucho menos presa, así que muévete antes de que acelere- dijo apretando con fuerza el volante.

-Perfecto, entonces acelera porque no pienso moverme de aquí- le di la espalda y apoyé mi cuerpo en la parte delantera de su auto cruzándome de brazos.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora