Daniela Calle Arquitecta

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Pov Daniela

Mi domingo transcurrió entre ponerme al día con mi papá, con Juliana y con mis amigos. Luego de mi conversación con Poche decidí irme a casa de mi papá, me era imposible quedarme y lidiar con los recuerdos de todo lo vivido con ella aquí, me fuera sido imposible dormir en mi cama sabiendo que la última vez que dormí en ella lo hice junto a Poché, con ella entre mis brazos luego de hacerle el amor en más de una ocasión.

Esta mañana, a pesar de que mi conversación con Poché no había salido como lo esperaba, me había levantado ilusionada porque hoy la vería, porque iba a pasar un tiempo considerable  viéndola gracias al proyecto de la fundación y sin duda iba a aprovechar ese tiempo para contarle todo lo que no pude decirle esa noche en mi apartamento.

La reunión de trabajo con Poché era a las diez de la mañana, así que me tomé mi tiempo para arreglarme y desayunar con calma, al estudio me tocaba ir después de la reunión para comenzar a trabajar en los requerimientos que tuviera Poché en cuanto a la ampliación y remodelación del área requerida. Antes de ir a la fundación me había ofrecido para ir a buscar a Paola mientras ella gestionaba la compra de un auto para movilizarse, gestión que también tenía que hacer yo, pero no con tanta urgencia como ella ya que mientras contaba con algunos de los autos de papá. De camino a recoger a Paola iba pensando en que iba a tener una ventaja para poder intentar hablar con Poché en la fundación, bueno ahora galería, anoche mientras saludaba a Renata esta me daba la buena noticia de que ella era ahora la asistente de Poché y que Angie ya no trabajaba con ellas, con Angie no rondando por ahí como fantasma aumentaban mis posibilidades.

-Podrías haberte tardado más- dije con sarcasmo cuando Paola por fin salió de su casa para subirse a mi auto.

-No seas gruñona Daniela, tenemos tiempo de sobra para llegar a buena hora a la galería- me saludó con un beso mientras tomaba el cinturón de seguridad para abrochárselo -¡Mmm! hueles delicioso ¿alguna ocasión especial?- fijó su mirada indagadora en mí.

-¿Qué tontería dices? Siempre huelo delicioso- dije ofendida.

-Tienes razón, pero hoy no sé... siento que hueles más delicioso de lo normal y creo saber porque y para quien ¡Joder necesito sexo!- exclamó con dramatismo.

-Deja de ser dramática y por cierto leí tu mensaje culpándome por cancelar tu noche de sexo y déjame decirte que eso fue tu decisión. Y termina ya de abrocharte el cinturón que primero quiero parar por café- le advertí encendiendo el auto.

-Claro que fue tu culpa, con toda tu palabrería de que debía ir a descansar y bla bla bla al final le pedí al chofer que me llevara a mi casa e hiberné hasta hoy. Por cierto, gracias, pero no tienes que parar por café ya tomé- dijo sonriente y la miré de reojo -¿Acaso no pensabas comprarme?- dijo fingiendo estar dolida.

-Es para Poché, quiero comprarle su café favorito- murmuré sin apartar mi vista del camino, pero podía sentir la mirada de ella sobre mí -¿Qué?- alcé mis hombros ante la insistencia de su mirada.

-Por Dios, tú si tuviste sexo mientras yo pasé el fin de semana entregada al celibato- golpeó ligeramente mi hombro en reproche.

-Quieres dejar de decir tanta pendejada, Poché y yo no tuvimos sexo- bufé molesta.

-Bueno no tiene que haber sido precisamente con Poché- la fulminé con la mirada -Vaya tu mal genio me confirma que realmente no tuviste sexo- no respondí -Ya Daniela, lo siento, ya me conoces como soy. Entonces ¿Poché no te creyó?- preguntó acariciando mi brazo amistosamente.

Suspiré triste -Ni siquiera me quiso escuchar, hubo un momento en el que parecía estar dispuesta a escucharme y de pronto cambió su actitud y la que habló fue ella y a mí me tocó escucharla. Me reprochó todo el daño que le hice y al final me dijo que me olvidó, que ya podía decir que por fin todo se había acabado-.

Te Juro Que Te Sigo AmandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora