S E D U C C I Ó N [ Y O O N M I N ]

CAPÍTULO 61

Maratón lunar final 2/2 

La curiosidad lo carcomía vivo, y solo pudo apretar elmensaje deleitándose con el regazo de Yoongi, y con sublanca mano apoyada en uno de sus muslos, marcado conintención esas venas que nunca pudo olvidar. 

—¡Mierda! — El pequeño tomo del vaso de un tirón, y luegolo aventó en la esquina rompiéndolo. — Lo odio. 

—¿Jimin? — Jungkook lo llamó cuando el pequeño sevolteó para salir del lugar.

— Cúbranme — Fue lo único que dijo. Salió del alborotadoambiente, tomándose con un frío desolador, pero su enojoera mucho más fuerte que el estúpido clima. Caminodirectamente donde sabía que estaría el mayor, en esaestúpida camioneta que tanto quiere, si cree que se leablandara el corazón por esas mamas de que ahí seconocieron realmente, sería un estúpido por que el nocaería tan fácilmente. Sumido en sus pensamientos llegó ala camioneta y abrió la puerta de atrás, Yoongi estabasentado justamente ahí fumando un cigarrillo, parecía uncigarro, pero era un eléctrico realmente. 

— ¿Mi regalo? — Cuestionó el pequeño sin saber que decir,no entendía como ese estúpido ser creado por los diosesdel olimpo y esculpido por lucifer podría verse así de sexysin hacer nada. 

Yoongi sonrió juguetonamente, con su mirada lo índigo deabajo hasta tomarse con esos ojitos que tanto le gustan. 

—Mmm... —. Soltó una risa moviendo sus hombroslentamente, miró su entrepierna propia dándole una señal— Ábrelo.  

El pequeño le sonrió coqueto ladeando su cabeza yempujando su mejilla con la lengua, balancear su cuerpo yespero solo diez segundos. Entró a la camioneta, besandolos labios contrarios, Yoongi abrazo las caderas delpequeño sin perder el tiempo. Jimin cerró la puerta paraque nadie fuera espectador de aquel espectáculo queestaban por dar. 

—¿Por qué... — Yoongi iba a preguntar, pero el pequeño nolo dejo por que no quería despegarse de esos labiosadictivos. Tomo el cuello del mayor y lo obligó a mirarlo, lesonrió.Yoongi se dejó llevar y luego que el pequeño lo obligará aquedar arrodillado en la espaciosa camioneta, justo frentesus piernas abiertas, levantó su barbilla para verlo. 

— No quiero su regalo — Fue lo que escucho del pequeño,que ahora lo tenía sujetado del cabello. 

— Tú me debes uno — Le dijo el mayor acercando susgrandes manos al cinturón del pequeño para quitarlo. 

— Si lo quieres... — Jimin tomo el cabello del mayor confuerza — Suplícame por ello. 

— No haré — Yoongi guardó silencio cuando el pequeño ledio una bofetada, ni tan fuerte ni tan despacio. Ese gestosolo lo puso más de lo que estaba. Joder... — Te lo dejarépasar solo porque soy tu regalo. 

—De todas formas, lo hará... — El pequeño quitó suchaqueta mirando al mayor juguetón — Quíteme elcinturón —. Ordenó. Yoongi lo saco , y cuando estaba apunto de dejarlo a un lado el pequeño lo tomo en susmanos — No, no, no... — Movió su cabeza de un lado a otrosonriendo — Sus manos en la espalda. 

—Oh no... Pequeño — Yoongi le sonrió esto si le estabagustando. 

— Si es mi regalo hará lo que yo diga — El pequeño escuchouna sonrisa ronca y como el mayor se resignaba a hacer loque le pedía. No perdió tiempo y luego de preparar sucinturón lo colocó en las muñecas del paliducho.