Capítulo 25

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Huesosburgo.

La mañana de aquel día para Amity era realmente encantadora Ya que éste sería el primero en el que despiérta y se da cuenta de que realmente es libre, que no tiene unos fríos barrotes y paredes de concreto que le impíden ver la luz del sol.

Se levantó observando ante su ventana todo lo que podía alcanzar a ver de huesosburgo.
no era mucho, pero le agradaba la vísta.
Su nostálgica apreciación de la ciudad, se vió interrumpida por el tocar de la puerta.

Toc toc.

-Amity, estas despiérta?-espetó la voz del otro lado mientras abría lentamente la puerta dejándo ver a aquella pelimenta junto al gran ventanal- Oh! Ahí estas cariño.

El hombre de cabellos castaños y canosos se acercó hasta la casi ahora pelicastaña para abrazarla.

Amity: Dónde más iba a estar, Padre? -dijo con una sonrísa al mismo tiempo que recibía aquel acogedor abrazo del hombre- Buenos días....

Alador: Cómo amanecíste? ¿Dormíste bien anoche? ¿No te picaron los mosquitos? ¿necesitas que-

Amity: Basta papá...-detuvo con una tierna sonrísa su interrogatorio- Me encuentro bien. dormí de maravilla y no necesito que me arrulles como cuando era una niña.

Una sonrísa fue lo que recibió como respuesta ante aquellas palabras repletas de amor.

Alador: Cariño, Que tal si bajas a desayunar conmigo y tus hermanos?-le ofreció- Desayunemos en familia antes de que tengan que salir para sus respectivos trabajos *Guiño*

Amity: Esta bien papá, vamos....

Dicho eso, padre e hija se disponían a bajar de la planta alta de la casa para encontrarse con un par de peliverdes ya sentados en la mesa de la cocina.

Edric: Oh, Mittens! Despertaste -exclamó contento el peliverde al ver a su hermana sentarse en la misma mesa.

Emira: Es raro en tí. siempre fuíste una dormilona jajaja.

Amity: Buenos días, Edric y Emira. Si, papá me despertó para desayunar juntos antes de que ustedes partan a sus trabajos...

Emira: en ese caso, comamos...

Todos comenzaron a comer del gran banquete que se sirvió en la mesa; Había panqueques, pan tostado con mermelada y mantequilla de maní, jugo de naranja y café en un termo.

todos degustaban los alimentos ahí; todos excepto....

Alador: Sucede algo, Amity?-preguntó preocupado al ver que su hija no probaba bocado alguno- ¿No tienes hambre? Acaso ya no te gustan los panqueques?

Las lágrimas no tardaron en llegar, lo cual hizo que todos se preocuparán de más.

Emira: Amity....

Edric: Amity, Si te duele algo solo dínoslo, nosotros te ayudaremos....

Aquello dicho por el peliverde hizo que Amity sollozara aún más fuerte e igual que una niña que acaba de perder su muñeca.
Finalmente y luego de haber derramados varias lágrimas, los presentes pudieron descubrir el motivo de ellas.

Amity: Luz...Luz...-decía entre llanto y cubriéndose la cara con ambas manos para que no la víesen.

Ellos que antes tenían una expresión de preocupación por la de ojos color miel, ahora compartían miradas de tristeza absoluta ante la mención de aquella chica que una vez fue su amiga, su socia y cuñada.

El rostro del impostorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora