Narra Azura.
Finalmente, había regresado a "Casa" si esque, así se le puede llamar a este lugar muy parecido a un laberinto de trabas con dos reinas que solo se esfuerzan en mentir, incluso si lo que está en juego es mi estabilidad emocional.
Azura: Volví... -Anuncié, casi sin ánimo.
Boscha: ¡Bienvenida, Azura! -Me recibió cálidamente mi tía Boscha junto a su hijo en brazos- ¿Cómo te fue en la Universidad?
Azura: Bien... -Respondí tajante, pasando a su lado.
Pensé que eso sería todo, que me escabulliría hasta mi habitación y no habría problemas, pero, me equivoqué.
Boscha: ¿Sigues enojada por lo de tu madre? -Cuestionó sorpresivamente, Obligándome a detener mi andar- Sabes que no era nuestra intención lastimarte. Solo buscabamos tu bienestar y esa era la única-
Azura: ¿Manera? Sí, claro. -Complete con ironía.
Ambas, pensabamos que la conversación quedaría ahí, pero, también nos equivocamos.
Azura: ¿Sabes algo, Tía Boscha? -Finalmente, me giré para verla- Existían muchas formas de decírmelo y NO lastimarme, pero, no supieron buscar correctamente y optaron por la más fácil de todas. Mentirme.
El silencio era sepulcral y el ambiente, un tanto incómodo.
Azura: Ya no me importa mi madre, mucho menos, sí está viva o no. -Dije con dureza- Terminaré mis estudios y me iré de esta ciudad.
Dicho esto último, proseguí con mi andar, esta vez, sin interrupción alguna hasta mi habitación, dónde una vez ahí, cerré la puerta con seguro arrimandome a la misma. No aguanté más y rompí en llanto; mi cuerpo de deslizó poco a poco, hasta quedarme en el suelo, dónde me aferre a mis rodillas con fuerzas y continue con mi lamento.
Lloré, lloré como nunca lo había hecho. Quizás, porque aún siento el dolor de saber que mi madre me abandonó solo para poder estar con su amante. Ella debe estar viviendo Feliz y de lo mejor, mientras Yo, me regocijo ante esta cruda realidad que ella ha creado para mí.
Azura: No. No es cierto. -Dije para mí misma- Ella está muerta y esa es la verdad. -Me levante con optimísmo- Seguiré adelante y solo me enfocaré en mis estudios, no hay nada más.
Sin más, me dirigí a mi mochila y saqué varios de mi cuadernos, para realizar las tareas de cada materia que hayan mandado.
Sin duda alguna, hoy, me siento mejor que cualquier otro día.
Las horas pasaron; Iban a ser apenas las 14:45pm y yo, continuaba con mi mente enfocada en los números y letras que se móstraban en mis libros. O así, fue hasta que escuché la puerta ser golpeada con brusquedad.
Azura: ¿Pero que-? ¿Quién carajos se atrevería a tocar la puerta de esa manera? -Me cuestioné, a medida que salía de mi habitación y me dirigía a abrir a aquel desconocido, pero, ya se me habían adelantado.
-¡No, no no! ¡Vete de aquí o llamaré a la policía!
Azura: ¿Tía Willow? -Me pregunte curiosa al escuchar aquellos gritos.
Aún desde las escaleras, pude escuchar los gritos, pero, tenía miedo. Nunca había escuchado a mi tía, tan enojada, por lo que, decidí quedarme escuchando desde esa distancia prudente.
Willow: ¡Quiero que te vayas! No quiero volver a verte.
-Pero, Willow... ¡Yo te amo! Por favor, déjame explicarte-
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El rostro del impostor
Randomuna empresaria millonaria, éxitosa y muy famosa de Huesosburgo. Siempre en juntas y en viajes de negocios, esa era la vida cotidiana de Luz Noceda. Vive casada con la menor de los Bligth y su amiga de la infancia Amity Bligth y con la cual tuvo una...