El hombre terminó por arreglar a la joven en el sofá de la sala, no sin antes, atar sus piernas y muñecas, como una medida en caso de que quiera escapar. Luego, se reincoorporó junto con su hermana a la cocina, lejos de su víctima para que no pudiese escucharlos, en caso de que despertase de su ensoñación.
Amber: Por cierto, Hunti. ¿Cómo haremos para encontrarla? Tu super investigador no lo logró y dudo mucho que podamos hacerlo solos. -Comentó al ver a su hermano tan confiado en su plan.
Hunter: Pues, déjame decirte, mi Querida Hermana. -La miró de manera burlona- No somos los únicos quienes la buscan.
ISLAS HIRVIENTES.
El día era cálido y el silencio de aquel vecindario, le relajaba en todos los sentidos a la peli morada, quien se encontraba frente a una vivienda.
Amity: Con que aquí es... -Suspiró con pesadez- Aquí estás viviendo, mi Luz.
El reloj en su muñeca izquierda marcaba las 10:00 AM.
Amity: Ya casi es hora...
De repente, la puerta comenzó a abrirse y Amity supo que debía esconderse para no ser descubierta. Para su suerte, un par de arbustos del lugar, le sirvieron a la perfección y desde ahí, pudo observar como su amada se despedía de cierta peli castaña.
Luz: ¿Hoy tienes turno doble?
Viney: Sí. Llegaré un poco tarde, así que, no te preocupes por mi. -Le sonrió dulcemente.
Luz: Tienes que estar aquí a las 22:00PM. -Le recordó, señalando su reloj- De lo contrario, iré a buscarte.
Viney: Entiendo.
Luz: Come todo tu almuerzo y no compres comida chatarra en el camino. -Le advirtió con seriedad- Cuídate.
La muchacha solo sonrió y partió a su lugar de trabajo, tal y como debía de ser.
Era una escena demasiado emotiva para aquella mujer quien espíaba a escondidas a ambas chicas.
Amity: Creo que no debería estar aquí... -Se dijo a sí misma- Ella parece feliz. No parece extrañarme o siquiera-
De repente, el teléfono celular de la peli morada sonó ruidosamente y con mucha insistencia, lo que la obligó a contestar de inmediato aquella llamada.
Amity: ¿Hola? -Dijo, al abrir la línea, pero nadie respondió- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Volvió a quitarse el celular del oído y verificó a quién pertenecía el número, ya que, no se dió cuenta antes porque quería callar el ruido. Era un número desconocido.
Amity: ¿Hola? -Insistió- ¿Quién es?
-Hola, Amity... -Habló finalmente, aquella voz del otro lado- Ha pasado un tiempo, ¿No crees?
La mujer casi de la impresión de haber escuchado y reconocido al instante aquella voz, deja caer el celular.
-Jajaja. ¿Qué pasó? ¿Te comieron la lengua los ratones? -Preguntó burlón.
Amity: H-hunter...
Hunter: ¡Exacto! ¡Soy Hunter! ¡Qué bueno que aún me recuerdes! -Exclamó.
Amity: T-tu, tu deberías...Estar...
Hunter: ¿En la cárcel? Sí, la verdad... Eso no me asienta bien. -Dijo- En fin, solo llamo para decirte algo.
Amity: ¡Maldito hijo de perra! ¡¿Cómo conseguiste mi número?! -Cuestionó, hecha una fiera.
Su rostro estaba totalmente rojo por la ira y su mano apretaba tan fuerte el celular que parecía que lo rompería en cualquier momento.
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El rostro del impostor
Randomuna empresaria millonaria, éxitosa y muy famosa de Huesosburgo. Siempre en juntas y en viajes de negocios, esa era la vida cotidiana de Luz Noceda. Vive casada con la menor de los Bligth y su amiga de la infancia Amity Bligth y con la cual tuvo una...