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A la mañana siguiente, Horacio se despierta en su habitación, había dejado que su asaltante durmiera para que descansara, no hablaron de lo sucedido anoche porque el esta cansado y no tenia ganas de hablar pero de hoy no pasaba, se estira mientras sale de la cama, se pone un chándal cómodo, va al baño para hacer sus necesidades, se lava la cara, cuando abre la puerta para salir un olor delicioso lo abofetea haciendo que sus tripas suenen, baja las escaleras y ve a Elena moverse ágilmente por la cocina, tenia música a un volumen moderado para no molestar a los vecinos y de tal manera que el no supo de esa música hasta que no bajo, se apoya en un mueble con los brazos cruzados mirándola de arriba abajo, se aclara la garganta para hacer acto de presencio, aquella muchacha de pelo negro se da la vuelta y se sonríe levemente.

-¡Oh! Buenos días, director del FBI ¿Ha descansado bien?

-Buenos días, em si, gracias ¿Qué haces en mi cocina? 

-El desayuno,  quería disculparme por usurpar tu casa anoche y bueno se me ocurrió hacer tortitas ¿Te gustan verdad?

-Sí, muchas gracias, no tenias que haberte molestado, venga vamos a desayunar.

Ambos se sientan para desayunar, hablaban de cosas sin sentido hasta que Horacio vio el momento oportuno de la charla, se levanta del taburete para recoger el desayuno.

-¿Porque te colaste en mi casa? 

-Pues porque te quería agradecer el que me ayudarás ayer, no tengo amigos en esta ciudad, ni familia, en el trabajo no era muy querida con mis compañeros, estaban buscando la minina para echarme del hospital, que ocurriera esa pelea les vino a ellos de perla. Vi en ti un amigo, lo siento mucho.

-Vaya, lo siento mucho, tener compañeros así es un asco, te entiendo perfectamente.

-Si bueno, te seguí del hospital hasta el Galaxy y del Galaxy hasta tu casa, quería acercarme a ti para hablar pero no me atreví, lo siento mucho.

-¿No tienes casa ni familia?

-No, vivo en un motel que hay cerca de la playa, se llama Perrera Beach, no se si te sonara y familia no tengo, bueno estoy buscando a mi padre, el no sabe que tiene una hija porque mi madre nunca se lo dijo y me abandono en un orfanato de monjas para vivir su vida porque según ella, yo le arruine la vida ¿Irónico no crees? Droga a mi padre que ni si quiera eran novios, para robarle el esperma e bueno mejor no sigo hablamos se me revuelven las tripas solo de pensarlo, es difícil de explicar pero tuve una madre horrible y nunca la perdonaré por lo que hizo. 

-Mm, ya veo, Martín es el apellido de tu madre ¿No? 

-No, me borre el apellido de mi madre, Martín es por mi padre, el hombre que me cuido así se llamaba, estoy usando su nombre como mi apellido, el me saco de aquel orfanato,  me estuvo ayudando a buscar a mi verdadero padre. El tenia cáncer, nunca me lo digo, se guardaba muy bien sus cosas personales, un día me lo encontré en la cama muerto, desde entonces llevo dos años viviendo en la calle, vagabundeando en busca de mi verdadero padre y tengo miedo de que cuando lo encontré, si es que lo encuentro no me crea o no me quiera como hija. Soy de Canadá y tuve que colarme en un avión con lo poco que tenia porque no tenia para pagar un billete, la ultima pista que tengo es que mi padre esta aquí en Los Santos.

-Joder, vaya lo siento mucho, si necesitas ayuda en lo que sea puedes hablar conmigo, después de todo no conoces a nadie y digamos que yo soy tu único amigo, incluso puedes quedarte en mi casa hasta que encuentres algo mejor que ese motel.

-Oh no no, no quiero molestar.

-No molestas tonta, mira hacemos una cosa, yo te ayudo a buscar a tu padre y tu me ayudas en un caso.

La hija de Volkov. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora