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A la mañana siguiente Volkov despierta primero debido al sol que entraba por la ventana, maldice porque no había cerrado las cortinas la noche anterior, abre poco a poco los ojos hasta que se hace a la luz, suspira mientras gira la cabeza y al ver a Horacio dormir plácidamente sonríe bobamente, por fin estaban juntos. Con mucho cuidado se levanta de la cama, va al baño donde anteriormente había dejado su ropa interior limpia, se la pone, se lava la cara y sale a la habitación con cuidado se pone sus pantalones, cierras las cortinas con cuidado, coge el móvil y sale descalzo de la habitación juntándola un poco, vuelve a suspirar mientras va a la cocina para prepara el desayuno, ve en el móvil que eran las once de la mañana, se sirve un café en una taza, para sentarse en un taburete y ojea un poco sus mensajes, ve que solo tenia uno de su hija, de hace cinco minutos, así que decide llamarla.

-Buenos días padre.

-Buenos días, hija ¿Qué ocurre? He visto tu mensaje y he preferido llamarte.

-Oh, nada, no te preocupes, los chicos y yo hemos decidido pasar el día de descanso en un yate, te llamaba para avisarte por si me llamabas y no respondía.

-Oh de acuerdo, gracias por avisar de todas formas si ves que pasa algo, no dudes en llamarme, por favor.

-Descuida, igualmente vamos armados.

-¡Elena se nos va hacer tarde!

-¡Va voy pesao! 

Volkov rie mientras escucha como Elena discutía con Blake.

-Papa, tengo que colgar en cuanto llegue a la ciudad te llamo ¿Va?

-Venga, ten cuidado y pásalo bien.

-Te quiero papa.

-Y yo a ti hija.

Volkov cuelga la llamada, bebe un sorbo de su café y siente a Horacio bostezar por el pasillo, se gira y al ver a su novio desnudo, abre los ojos por la sorpresa.

-Horacio, por dios, ponte algo de ropa.

-Ya como si no me hubieras visto ya, me duele el puto culo.

-Siento lo de tu culo pero no quiero que los vecinos te vean desnudo.

-Venga ya, si estamos lejos y en todo caso les daría una buena vista y envidia por el tremando hombre que tienes a tu lado.

-Horacio.

-Vale, vale, me voy a vestir.

Volkov ve como su novio se gira para volver andar por el pasillo, contra sus impulsos de ir hacia allí porque el muy gilipollas le estaba provocando, suspira mientras niega con la cabeza.

-Idiota...

Volkov sonrie mientras se levanta del taburete para sirve a Horacio café en una taza, se la pone a su lado y busca algo de comer porque sabe que Horacio no puede beberse el café sin acompañarlo, ve unos cruasanes que pone en un plato y ponerlo en medio. A los dos minutos Horacio vuelve ya vestido, bueno vestido, iba en ropa interior y con una camisa de el.

-¿Esa es mi camisa? 

-Sí, es miércoles de rosa.

-Te queda genial, anda ven a desayunar mientras voy hacer la cama y llamo a Gustabo.

-Vale, le puedes decir que vengan a comer, quiero que comamos todos.

-Pues solo seremos nosotros cuatro porque los demas se iban a pasar el día en un yate, les di el día libre, ayer salimos y bueno no creo que hubieras trabajo bien con resaca.

-Lo se.

-¿Cómo?

-Pues que se que anoche estuviste en el Galaxy. Os vi bebiendo y pasándolo bien, quise acercarme pero vi que no era el lugar adecuado para hablar.

La hija de Volkov. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora