12.

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Horacio deja encima de la mesa lo que había asado, bueno era más bien una barra de cocina era una de las cosas que más le gusto de la casa cuando vio que tenia una barbacoa y al lado una barra de cocina con sus taburetes enseguida vio las fiestas u las reuniones familiares que haría y la compro sin dudarlo, además que tenia una vista de la ciudad que era realmente bonita, escucha a sus amigos hablar y bromear,  aunque no tenia ni idea de lo que estaban hablando pero le hace feliz ver a ese pequeño grupo de amigos a los cuales le puede llamar familia. El tiene unos padres, pero estaban en Francia y con el trabajo pues no tenía mucho tiempo para hablar con ellos, pero sabían que estaban bien y era la único que le importaba. De vez en cuando mira al comisario, se le hacia raro que estuviera en su casa pero era el mejor amigo de Conway y sabia por Gustabo que no estaba pasando un buen momento, pero no puede evitar morderse el labio mientras le miraba de reojo, suspira mientras se disculpa.

-Perdonad un momento, voy al baño.

-Oh, Horacio a la vuelta ¿Me puedes traer otra botella de Coca-Cola?

-Claro que si, Lena. 

Horacio sonríe mientras la despeina, mira a Volkov durante unos segundos y camina hacia su casa. Cuando esta dentro de ella, va corriendo al baño para echarse agua en la cara y maldecir en bajito.

-¿Como puedes estar  tan tranquilo después de lo que hiciste anoche...? Pero joder es que el puto comisario esta en mi casa...Vale, relájate Horacio, nadie tiene que saber lo que paso.

Horacio se mira en el espejo y ve que su maquillaje estaba algo quitado ya, suspira mientras se lava la cara y se quita todo rastro de maquillaje que había en su casa, escucha pasos acercarse al baño, coge una toalla para secarse la cara y cuando abre la puerta se choca con el ruso, le mira a los ojos sin saber muy bien que decir, solo se preguntaba una cosa ¿Le habrá escuchando hablar solo? Sonríe un poco y deja pasar a Volkov al baño, se iba a ir pero aquel ruso de dos metros se lo impidió.

-Espere un momento.

-¿Sí? ¿Pasa algo?

-¿Puede esperar a que salga? Tengo que hablar con usted.

-Oh, claro le espero abajo.

Horacio ve como este asiente con la cabeza mientras se mete al baño, corre escaleras abajo, va a la cocina a por una botella de Coca-Cola que le había pedido Lena, se sienta en la barra y mientras espera saca su móvil y mira los próximos días para abrir el Galaxy, suspira agobiado no esperaba el momento para atrapar a esos maleantes, quizás use el Galaxy para hacerles algún tipo de trampa o al menos atrapar a uno de esos perritos falderos, se le viene una idea y sonríe victorioso, escucha los mismo pasos que minutos atrás, se aclara la garganta mientras se guarda el móvil en el bolsillo del pantalón y se sienta en un taburete, ve como el comisario sentarse enfrente de el, le dedica una sonrisa tímida y el corresponde.

-Usted dirá señor comisario.

-Se que fue hace un año pero le quería agradecer por lo que hizo por mi en aquel robo en la joyería.

Horacio ríe divertido y niega con la cabeza.

-No fue nada, es que veía que ninguno de sus agente le hacia caso y bueno me sentía un poco mal dejarte ahí tirado, lo volvería hacer una y mil veces señor comisario.

-Lo mismo digo y por favor llámeme Volkov.

- De acuerdo, Volkov y a mi me puede llamar Horacio o H si le es más rápido, todos me llaman H menos mi hermano el me llama Horacio o hermano. 

La hija de Volkov. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora