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Para los grupos de amantes, había solo algunas opciones, si eran de clase baja probablemente se podrían salvar su cuello, porque en realidad no había mucho escándalo, no era la gran cosa porque no había mucho en juego, no había riquezas, tierras o joyas, no había lo más importante, estatus, incluso las personas de clase media podrían tener una vida después de una infidelidad, ya fuera por parte de la esposa, que era lo más importante, el esposo que fuera el que daba dinero a la casa incluso podría pasar desapercibido, sin embargo, Soo Hee había tenido la mala suerte de haber terminado en la casa de los Park, que en los últimos días, se había convertido en una de las casas más poderosas de esas tierras y además de eso, una de las más influyentes, pero también una de las más nuevas en cuestiones de poder, si a eso se refería.

Soo Hee había sido encerrada mientras se decía que hacer, pero como estaban las cosas, era evidente que no tenía muchas opciones en esos momentos, no más, solo había una cosa posible y eso podría ser que iba a morir pronto, sin embargo, Yeol aún no sabía si esa era la decisión correcta, así que por lo mientras, la había encerrado, solo para decidir que iba a pasar ahora, porque un castigo también podría ser que fuera enviada a una casa de Té, pero todo eso era nuevo para él, sin embargo, los guardias la trataban como una prisionera, como la famosa criada de la que Soo Hee había terminado escuchando, a lo que cuando se levantó de su celda con puertas de madera como torres, terminó mirando del otro lado a una mujer que se estaba riendo como una lunática, lo que la puso nerviosa y molesta, en especial, cuando por un rayo de luz de luna, había terminado sonriendo y acercándose demasiado a la puerta, hecha un desastre.

La famosa criada de la que había escuchado de la señora Oh, había terminado asomándose entre los barrotes de madera, tenía la cara marcada por un montón de cicatrices y encima de eso, había terminado, mostrando un montón de cabello enredado hecho en una coleta mal hecha y ella se estaba riendo a carcajadas mientras se retorcía en el piso lleno de paja.

-¿Qué hiciste tú?- preguntó ella, con un tono que sonaba como el de una loca y Soo Hee solo se terminó arrastrando hacía atrás para que no pudiera esconderse, para estar lejos de ella pero en realidad no tenía mucho sentido, estaba más que segura en esa celda. -¿Eh? Dime, quiero que me lo digas, anda, no he hablado con nadie en meses.- Sung Yun en algún momento había sido una mujer hermosa, pero en esos momentos, solo parecía una bruja, parecía una completa loca, riéndose sola y rodando por todo el piso, Soo Hee podía ver que se había terminado mordiendo los brazos, tenía muchas heridas en los brazos que ella sola se había hecho en un momento de locura.

-Yo...- tartamudeo Soo Hee pero Sung dejo de reírse cuando terminó levantándose, mientras que la miraba completamente seria.

-Eres...la concubina...esa concubina de la que tanto hablaron, ¿sabes cuánto quise ser tú? ¿Sabes que tan duro lo intente?- Sung volvió a reírse, esta vez de una manera más forzada y genuina, mientras terminaba lastimándose la garganta. –Lo intente tanto, pero decidió traer a una mujer de afuera para que fuera su amante y terminaste aquí, eres una completa estúpida, eres una completa tonta, de verdad que no te soporto, de solo escucharte, creo que podría matarte yo con mis propias manos, pero estás demasiado lejos.- Sung termino estrellando su rostro contra la puerta mientras estiraba sus manos hacía afuera, como si quisiera alcanzarla pero le quedaba demasiado lejos como había dicho y Soo Hee estaba escondida en una esquina de la misma celda.

-Yo no quería ser la amante de ese hombre.-

-Terminará contigo.- dijo Sung Yun riéndose a carcajadas de nuevo, sus cambios de humor eran tales que no podía llevarle la contraria, así que la asustaba cada vez más, porque parecía en verdad enloquecida, en especial cuando se sostenía el estómago y se reía con más fuerza, eso, sumado a un aspecto que pondría nervioso a cualquiera, definitivamente no daba buena espina y menos cuando comenzó a hablar. –De verdad que lo harán, van a matarte, no me han matado a mí porque creo que lo olvido, pero si cometiste una traición, no van a olvidarlo tan fácilmente, estás en problemas.-

Crisantemo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora