Crisantemo Rojo

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Chae Seong, se estaba paseando por todos lados en el pueblo, decían que uno se esconde mejor estando a la vista y todo eso no podría ser más cierto, había pasado enfrente de los soldados y estos apenas y lo habían notado, se reía mucho cuando pasaba eso, así que estaba contento, de verdad feliz, pero de todos modos, no podía fiarse mucho de eso, de hecho, estaba esperando que alguien lo ayudará a salir de eso, un aliado, en esos días, había muchos hombres ricos que habían regresado a ese pueblo. y que seguro, podrían ayudarlo, todo el mundo quería algo y en esos días, él podía conseguir muchas cosas.

Preguntando en los lugares bajos, había escuchado hablar de un noble en verdad importante y poderoso, un hombre llamado "Park Chanyeol" decían que era la mano derecha del emperador y del nuevo emperador, una persona de su entera confianza, tanto así, que su hijo, tenía una propuesta de matrimonio de quién alguna vez habían llamado, "Príncipe heredero" se sorprendió mucho al escuchar eso, porque de ese hombre, entre más rebuscaba en su nombre, podías darte cuenta de muchas cosas, como que era rico, porque había servido en combate y que tenía un criado con suerte, que había servido a su lado y ahora era tan rico como muchos anhelaría, porque vivía en la casa Park, pero sin tener que trabajar, sino, como un buen amigo, y encima, hablaban mucho de sus esposos.

Se hablaba de "LuHan de Oh" ese esposo de ese sirviente con suerte, que decían que tenía una belleza del tipo angelical, porque era rubio, muy pálido y encima tenía un cuerpo frágil y delgado, muchos hombres temblaban al escuchar hablar de ese chico, en especial cuando decían que había estado por mucho tiempo en una casa de té, pero que no había servido a los hombres, decían que solo se había entregado a Oh y todos se ponían celosos al escuchar eso, porque creían que LuHan se había ido con ese criado, esperando tener dinero y ahora que lo tenía, seguro que era la vida que siempre había deseado, pero todos los hombres decían que un chico como él, merecía eso, merecía vestir con seda, usar oro y tener joyas, porque era hermoso y se burlaban diciendo "¿Cuando has visto un pobre que es hermoso?".

Chae Seong escuchaba todo eso completamente sorprendido, porque hablaban mucho de LuHan, de su belleza y casi podía imaginarlo como un ángel, sintiéndose celoso de su esposo, un hombre al que no conocía, pero entonces, habían hablado de alguien más.

-Ya, bien, LuHan es hermoso, pero, ¿podemos hablar del esposo del no, en especial cuando hablaban de los hijos de Park, decían que su hija, Eun Park, se había casado en medio de la guerra con un médico del pueblo y era una mujer por demás, hermosa, quizás demasiado hermosa, era completamente perfecta, era como un sueño para los demás hombres que solo podían aspirar a eso, en sueños, pero que era una realidad para el médico, podía comprobar que la belleza acompañaba a esa familia cuando la vio pasar, y todos guardaron silencio como si fuera una deidad, yendo de la mano de su esposo y Seong solo suspiraba y maldecía, porque de haber tenido una hija así, solo una, estaba seguro de que se habría ahorrado un montón de problemas, al casarla con un hombre rico, pero claro que Park no había tenido esa preocupación, solo había dejado a su hija casarse con quién quería, tenían tanto dinero que seguro que esa no era una preocupación para él.

De DongYul y JunJoon, los hijos que Park tuvo con su segundo matrimonio, decían que era lo mismo, eran muy jóvenes, pero eran muy lindos, Yul era bien parecido y claro, no por nada, tenía una propuesta de matrimonio de semejante calibre, era impresionante y Chae escuchaba tanto de esa familia, como si fuera un cuento de hadas, porque decían que Chanyeol, también era un hombre joven, ya pasado de los treintas, pero bastante conservado y bien parecido, un hombre rico, guapo, con hijos perfectos, era como un sueño y sobre todo, había terminado escuchando acerca del esposo de esté, que al decir su nombre, todo el mundo en esa taberna, terminó golpeando la mesa y emocionandose, maldiciendo mientras se reían, porque decían que era una belleza irreal, como una aparición que solo podría estar cerca de ellos, en visiones por el licor.