Capítulo 34

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Nos dormimos abrazados como por una hora, y eso (para mi) fue mejor que haber tenido sexo. Y eso que suelo ser una persona que le gusta mucho su espacio personal, y que evita el contacto con otros. Sin embargo, con él me pasa todo lo contrario. 

Si fuera por mi evitaría estar lejos suyo. 

Después de despertarnos, decidimos ducharnos para así cambiarnos de ropa y salir a dar una vuelta por la ciudad. Rain fue primero, y una vez que salió fui yo. 

Tuve que ducharme con agua fría, porque no había otra forma de que se me fuera el calor que sentía que me recorría todo el cuerpo, y que se intensificaba cuando pensaba en aquella noche en la que Rain recorrió con sus manos toda mi piel. No hay nada que anhele más que hacer yo lo mismo con él, pero sobre todo dejar besos en cada centímetro de su cuerpo.

Siento que me comienza a consumirme el deseo que siento por Rain, que cada vez me cuesta más apartarme cuando la cosa comienza a ponerse más intensa. Sentir su dureza contra mí, consiguió que me recorriera un escalofrío por toda la columna vertebral. Como quería arrancarle la ropa, y luego la mía, la que me empieza a quemar cuando estoy a su lado.

¿Mi mayor sueño en estos momentos? Estar junto a él. Piel con piel. Corazón con Corazón. Rodeándolo con mis brazos, y que nuestras piernas estén tan enlazadas que no podamos distinguir cuales son las suyas, o cuales son las mías. Apoyando mi nariz en su cabello, el cual siempre tiene olor a shampoo. 

Eso quiero. Eso quiere. Y yo soy el que impide que ambos lo tengamos. Yo y mis malditos miedos, porque soy un cobarde que arruina todo lo que toca.  

Pero esas voces en mi cabeza, las cuales son como puñaladas a mi cerebro, comienzan a sonar con menos intensidad ya que hay otra voz ajena que se oye con mayor claridad. Es Rain. Y no dejo de oír lo que me dijo hace un rato. 

Es verdad... hago mis controles regulares, no fallo ni un solo día en tomar la medicina, y nunca tengo sexo sin protección. Con todas las chicas que he tenido relaciones (a quienes siempre les he avisado), jamás se contactaron conmigo para decirme que las contagie. Que por más que son desconocidas para mí, y que me son indiferentes, es una cuestión que es mi responsabilidad. 

Tiene razón... Todo estará bien. Yo estoy bien. Este es el momento en el que mejor me encuentro, después de tantos años difíciles de subidas y bajadas. Por primera vez en mucho tiempo siento que estoy estable. 

Las yemas de mis dedos ya comienzan a estar todas arrugadas, por lo que decido terminar la ducha.  

Salgo del baño con una toalla atada a la cintura y pasándome otra por el cabello mojado. Mi mirada enseguida se posa en Rain, quien está sentado como indio en el medio de la cama, mientras mira la televisión. 

Sonrío como idiota al ver que tiene puesto una de mis remeras, la cual le queda enorme (y eso es lo que más le gusta usar), y unos shorts de pijama,. Su cabello se encuentra húmedo, que desde la distancia me llega su aroma. Es tan malditamente adorable.  

Desvía sus ojos de la pantalla y los posa en los míos. Los abre ampliamente con sorpresa. Lanza un quejido. Gira su cuerpo hacia un lado, quedando acostado, con su cara contra el colchón de la cama.  

- ¿Qué sucede? - pregunto con preocupación.

- No se come delante del hambriento, Astor. - llego a oír que responde. 

- Oh, lo siento. - me disculpo apenado. - Es la costumbre.  

Gira su rostro y me observa de arriba a abajo. - ¿Cómo es posible que seas tan sexy? - habla con algo de agonía en su voz. 

Me acerco hasta él y me siento en el borde de la cama, a su lado. Extiendo mi mano y deslizo mis dedos por su cabello. Nos miramos directo a los ojos. 

Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora