Capítulo 36

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Luego de caminar por un rato por Central Park, con Rain regresamos al hotel. 

Al entrar a la habitación, se encamina directo a la cama y se tira sobre esta. Me quedo mirándolo, mientras se quita las zapatillas naranjas con la ayuda de la otra. Alza la cabeza y me observa. Palmea el colchón. 

- Ven... - me llama con una sonrisa. - Quiero que volvamos a dormir abrazados. 

Río caminando hacia allí. Quedo parado frente suyo y apoyo mis rodillas en la cama, moviéndolas para acercarme hasta él. Cuando quedo a su altura me acuesto a su lado y lo rodeo con mis brazos, a lo que Rain también me abraza. Dejo un beso en su cabeza. 

- No puedo negarme cuando me pides algo que yo también quiero. - digo. - Pero solo por un rato, porque aún hay algunos lugares a los que quiero llevarte. 

Alza la cabeza de golpe. - ¿Qué? - pregunta extrañado. Noto la confusión en sus ojos. 

- Si, planee todo para que estos días aquí sean los mejores para ti. - respondo. - ¿Creíste que cinco minutos en Time Square y un picnic en Central Park sería todo lo que conocerías de Nueva York?   

- Eh... ¿Si? 

Dejo un beso en su frente. - Claro que no. Así que descansa un rato que cenaremos fuera. 

Se le forma una amplia sonrisa. Me suelta y alza los brazos, y con estos rodea mi cuello, para acercarme más a él y empieza a dejar besos por todo mi rostro, lo que consigue que se me escapen carcajadas. 

- Ya, ya, ya... - digo sin poder para de reír por las cosquillas que me hacen sus besos exagerados. 

- Ayuda, no puedo detenerme. - menciona divertido, enredando sus piernas en mi cuerpo para evitar que me aparte, aunque no tengo para nada esa intención.  

Ambos nos detenemos, y nos quedamos mirando directo a los ojos. Llevo mis manos a su rostro y lo acaricio con mis pulgares. Lo atraigo hacia mí y dejo un profundo beso en sus labios. 

Cuando nos apartamos él se para con rapidez. Lo miro extrañado. 

- Pensándolo bien no quiero dormir. - dice. - Anda vamos, que quiero seguir conociendo.

Sonrío suave. - Esta bien. 

Me mira pícaro. - A menos que necesites dormir. - comenta divertido. 

Lo miro indignado. - ¿¡Me acabas de llamar viejo!? - exclamo. Lo apunto con el dedo. - Te recuerdo que fue tú sugerencia la de dormir. 

Lanza una carcajada. - Sigue siendo tan sencillo cabrearte. - menciona con esa sonrisa divertida. Se da la vuelta y se aleja riendo. 

Y eso consigue hacerme sonreír, y que me recorra por todo el cuerpo un sentimiento de felicidad. 

Se vuelve hacia mí. - Por cierto... ¿Qué me pongo? - me pregunta con esa expresión tan adorable. 

Me paro. - Tengo la solución a eso... 

*****

Estamos frente a frente. Tengo mi concentración enfocada en la corbata negra que le rodea el cuello, a juego con el saco y en pantalón del mismo color, y una camisa blanca inmaculada. Yo, por otro lado, opté por un traje y pantalón también negro, al igual que la camisa, la cuál le deje los primeros botones desprendidos. 

- Y listo... ahí quedó... - finalizo. Cuando alzo la vista veo que él me observa a mí en lugar de lo que le acabo de enseñar. - ¿Me has escuchado? - pregunto con fastidio. 

Sonríe con ternura. - Cada palabra.

- ¿Y te ha quedado claro? 

- Clarísimo. - responde. Quedo mirándolo en silencio, entrecerrando mis ojos, intentando descifrar su expresión. Suspira. - De hecho... si se anudar una corbata... - agrega luego de un largo momento. - Atlas me enseño. 

Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora