Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)

Capítulo 22

Los días van pasando, y con ellos yo me estoy volviendo loco. 

No puedo sacármelo de la maldita cabeza. Todo lo que hago es pensar en ese puto momento que compartimos. En él. Con esa enrome sonrisa, esos ojos brillantes, saltando con alegría, moviendo sus brazos y cantando a todo pulmón.

En ese momento, yo asentía de que mundo podía estar cayéndose a pedazos alrededor nuestro, y que a mí me importaría una mierda, siempre y cuando él siguiera bailando entre mis brazos.

"Tú, tú eres mi universo, y haces que mi corazón se ilumine por dentro." - eso decía la canción, y ahora no dejo de escucharlo en mi cabeza como si fuera un taladro. 

Sabes cuando hace mucho frío y te paras en un rayito de sol. Pues hay personas que son somo ese rayito de sol. 

Es increíble como con tan solo mirarlo soy feliz. Y ahora eso se convirtió en el problema, ya que no puedo dejar de mirarlo. Hasta un punto que creo que me estoy obsesionando con él. Puedo reconocer que se acerca, tan solo con oír sus pasos. Me sé de memoria cada uno de sus gestos, y que significan, sin que tenga que decir palabra. Hasta una parte de mi está convencida de que incluso puedo descifrar sus pensamientos. 

Si. Como dije, estoy loco. 

Pero la verdad es que yo no tiendo a ser así son las personas. Yo que la evito. Sin embargo nunca me había cruzado con alguien que me transmitiera tanto y me resultase tan transparente, tan dispuesto a abrirse a mí sin pedir nada a cambio. Y eso me hacía tener ganas de querer darle más. 

¿Cómo diablos es posible que este en mi cabeza 24/7? Solo pienso en él. Su cara. Sus ojos. Su voz. Sus labios. Su sonrisa. Su cabello. Su olor. Su humor. Él. 

Necesito ayuda, porque voy a morir ahogado. 

Rain continúa de amiguito con el tonto ese que viene a mi casa. Pero a diferencia de hace una semana atrás, comienzo a controlarme un poco más. No quiero que el niño vuelva a estar un mes sin dirigirme la palabra. Aun así no me agrada para nada bobo. 

Es de mañana cuando entro a la cocina, y lo distingo de espalda sentado en una de las banquetas del desayunador. Me acerco hasta él, y apoyo la hoja conta la mesa. Me mira extrañado, masticando los cereales que acaba de llevarse a la boca. 

- Si es una lista de quehaceres, desde ya te digo que no pienso hacerlo. - menciono.  

Pongo los ojos en blanco. - No es eso, niño listo. - hablo con fastidio. - Es la lista que te dije que haría. De las películas que debes ver, sí o sí. Hay que culturizarte. 

Agarra la hoja y la mira. - Harry Potter de las 3 a la 8. Forrest Gump. E.T... - comienza a leer. - El Rey León... - sigue leyendo. Me mira. - Vaya, y la lista sigue. Son un montón. 

- Si, lo bueno que tenemos tiempo. - digo. - Cada noche veremos una, ¿Qué te parece? 

Asiente con una leve sonrisa. - Si, me ha ayudado con el insomnio la noche que vimos las dos primeras del mago Harold. 

Se me escapa una risa y niego con la cabeza. Me acerco a la cafetera y me sirvo una taza de café. Me vuelvo hacia él. 

A mí también. Duermo mejor luego de estar un rato contigo. - me doy una cachetada mental por tener un pensamiento tan estúpido.  

¿¡Pero que carajos!? ¿Me trague un poemario de Neruda? 

- Eso me recuerda... - sigo, para centrar mí mente en otra cosa. - ¿Qué hay con esa lista que habías echo con Dexter? 

- ¿Te refieres a mis pendientes? 

Asiento. - Si, has tachado varias cosas ¿verdad?. 

- Pues... - queda pensativo. - Ya me hice el tatuaje, tengo el nombre, aprendí a andar en bicicleta, también a conducir, he conocido variedad de música, y contigo avanzaremos con el tema de las películas.