Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)

Capítulo 21

Él está acostado en mi cama, espalda arriba y con su cabeza mirando hacia un costado. Yo estoy encima suyo. Nuestras manos están enlazadas con fuerza, contra el colchón. Apoyo mis labios detrás de su oreja y deposito un beso allí, siguiendo por todo su cuello, hasta llegar a su nuca dónde resalta esa mariposa que me vuelve loco. Dejo un profundo beso en su piel. Y no consigo apartar mi boca de allí. Ni quiero. 

- Astor... - mi nombre se le escapa en un jadeo, seguido de una respiración entrecortada. 

Y eso me la pone más dura. 

- Rain... - lo llamo con el placer que me da decir su nombre. 

Ahogo un grito cuando me siento en la cama, sobresaltado. Extiendo mi mano para encender la luz de la velador, y la habitación no tarda en iluminarse. 

Es de madrugada. Estoy solo. Me encuentro todo traspirado, y con una erección bajo las sábanas. Y con una completa sensación de vacío. 

Soy un maldito pervertido al tener esa clase de sueños con un muchachito de 20 años. 

Necesito una ducha fría y cambiarme de ropa. Me levanto de la cama y me dirijo hacia el baño. Me meto bajo la regadera y dejo que el agua me caiga, para ver si de esa forma consigo que se vaya el dolor de cabeza que siento. Y que de paso se lleve mis pensamientos. Como quisiera que hubiera un interruptor que con solo presionarlo tú cabeza quede en blanco. 

Tengo que dejar de pensar en él. 

Día 125 de 365.

Pasó un mes desde aquella noche del demonio. Y desde entonces estamos sin dirigirnos la palabra con el niño. 

Aunque está vez puedo decir que no fue por iniciativa mía. Él comenzó a ignorarme, por lo que yo procedí a hacer lo mismo. Porque ¿quién rayos se cree que es?. Claramente no lo necesito.  

Así que deje de lado todas las tonterías que lo incluían al niñito, y retome con lo mío. Por la mañana entreno, en las tardes me encargo de los asuntos pendientes del clan, y por las noches voy al club a trabajar allí, cosa de que a la hora del cierre tenga alguna linda mujer con la cuál volverme. 

Él empezó a pasar las tardes con ese muchachito amigo de Axel. Y lo sé porque están siempre dando vueltas por la casa, y cuando he ido a la cocina puedo escuchar sus voces y risas. Por lo que comencé a evitar ir. 

Me irritan. Lo que faltaba es que mi casa se convierta en una guardería. ¿Por qué no van a la del bobo? A que seguro sus padres lo echaron de allí por lo fastidioso que es. No me extraña que sea amigo de Axel.

¿Por qué demonios el niño quiere salir con un tonto como ese? 

Una vez que salgo de ducharme y que me cambió de ropa, salgo de mi habitación para dirigirme a la cocina. Todo parece indicar que será una de esas noches de desvelo, por lo que prefiero pasarla con una taza de café. No es que me va a quitar más el sueño. 

Estoy por bajar, cuando oigo uno de esos gritos que me hiela la sangre y me paraliza por completo. 

No otra vez. - pienso con tristeza y se me escapa un suspiro. 

Hago ademán de darme la vuelta e ir hacia su habitación, pero me freno en seco. 

NO ASTOR. Dijimos que nos mantendríamos alejados de él, que no pensaríamos en ese niño. Así que sigue con tú camino. Puede arreglárselas solo. 

Yo puedo solo. - eso es lo que suele decir. 

Que se las apañe solo, o con su nuevo novieci...