Capítulo 35

1.6K 198 16
                                    

- ¿A dónde me llevas? - pregunta Rain mientras lo guió tomándolo del brazo, con sus ojos vendados. 

Hace unos 30 minutos que salimos del hotel, y que llevamos caminando desde entonces.

- ¿Por cuánto tiempo más vas a seguir haciendo la misma pregunta? 

- El tiempo que tome que me respondas. 

- Que impaciente, ¡Es una sorpresa! - exclamo sin dejar de caminar. 

- Esto de ir a ciegas me inquieta un poco... - murmura. 

Me detengo y me giro hacia él. Dejo un beso en sus labios, y enseguida se le forma una sonrisa. 

- Confía en mí. - pido con voz suave. 

- Astor, si no confiara en ti no hubiera dejado que me pongas la venda en primer lugar. 

Y oír eso me genera un cosquilleo en el pecho.

Vuelvo a dejar otro beso. - Ya casi estamos. - digo. - Te gustara, ya verás. 

- Bien, anda. Sigamos. - accede, haciendo un esfuerzo por sonar convincente.

Retomo la caminata por unos minutos más, y me freno cuando encuentro el lugar perfecto para llevar a cabo mi plan. Suelto el brazo de Rain. 

- ¿Llegamos? - pregunta, y por más que intenta disimular, suena impaciente. 

- Si, pero te quedas ahí quieto hasta que yo de la orden. - sentencio. - ¿Está claro? 

Resopla. - Bueno... 

Queda allí parado, sin moverse, mientras yo comienzo a preparar mi pequeña sorpresa para él. 

Extiendo bien la manta, y encima dejo la canasta. Saco de allí dentro la botella de vino, y las dos copas, para luego acomodar los platos con los distintos bocadillos que pedí. Por ultimo agarro el iPod que le tome de su bolso y reproduzco en un volumen suave de una de las canciones de Coldplay, y lo apoyo. 

- ¿Eso es "Parachutes"? - pregunta extrañado refiriéndose al álbum, el cuál es su favorito. 

Me acerco a él y lo rodeo, parándome detrás suyo. - Si. - respondo, hablándole al oído.

Puedo notar como su cuerpo se sacude, como si le hubiera dado un escalofrío. Mis ojos se posan en esa mariposa que lleva en su nuca, que fue una de las primeras cosas que me llamo la atención de él, y que ahora siento como si ese tatuaje fuera mi punto de partida, y mi destino a la vez. No me contengo más y dejo un beso allí, y puedo oír como lanza un suspiro de alivio, haciendo levemente su cabeza hacia atrás. 

- Astor... - mi nombre se le escapa en un jadeo. - Espero que no estemos en un lugar público porque siento como si mis piernas se hubieran vuelto de gelatina. Me voy a caer de bruces en cuanto sigas así.

- No te voy a dejar caer. - le hablo al oído y mi voz suena ronca. Dejo otro beso en su tatuaje. Llevo mis manos al nudo de la venda, y la desato, quitándosela. - Bien, ahora puedes mirar. - y dicho eso me pongo frente suyo, por lo que llego a ver el momento exacto en el que su rostro se ilumina por completo al ver lo que organicé.

- ¿Qué...? - pregunta con una sonrisa. 

- Les pedí a los del hotel si podían prepararlo, y les especifique bien lo que quería que tuviera. Son algunas comidas tipicas de aquí. - digo. - Lo hubiera hecho yo, pero es que últimamente me cuesta mucho apartarme de ti.

- Y a mí me cuesta que lo hagas... - susurra. 

- Entonces... ¿Qué opinas? - pregunto. - ¿Tenemos un picnic en Central Park

Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora