Capítulo 49

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Es de tarde, casi noche, cuando estoy en la morada, practicando con el saco de boxeo. Todos los días paso una hora golpeándolo, lo que me ayuda a descargar mis frustraciones. 

Fue idea de la psicóloga. Desde hace un mes que comencé a ir, voy una vez a la semana. No voy a negar que al principio estaba un poco reacio, ya que me cuesta bastante abrirme a las personas, en especial a los desconocidos. Pero comencé a ver ese hecho como un punto a favor. 

En este mes también me hice mis controles rutinarios. Por suerte esos días que estuve pegado a la botella de whisky no alteraron mi tratamiento. 

De a poco mi relación con los chicos del clan va volviendo a la normalidad. Al principio había algo de tensión, pero se fue suavizando. Gracias a Dexter, para variar. Haciendo de intermediario en un conflicto que él es uno de los involucrados. 

Llegué a la conclusión de que no merezco a mi equipo. Así que empecé a esforzarme nuevamente por ser ese jefe que los hizo querer unirse en primer lugar. Incluso uno mejor. En estos seis años he sido muy desagradecido con ellos, cuando siempre han sido leales y trabajadores. 

Una lección que he aprendido (entre tantas) es a empezar a valorar más a las personas que tenemos al lado. Estamos tan acostumbrado a ellos, que de alguna forma de vuelven invisibles y dejamos de apreciar lo que hacen. Cometí el error de darlos por sentado. Porque si, seré un Marshall, pero algo que siempre nos han inculcado desde el abuelo Kian, que un Marshall no es nadie sin su equipo. Y ellos son el mío. Mi familia. 

Estoy terminando de estirar, luego del entrenamiento. Escucho que suena mi celular y me acerco a la banca que está a un lado. Al agarrarlo veo en la pantalla que es mi hermano. 

- Izi... - digo al contestar. 

- No, soy Atlas. - oigo su voz al otro lado. 

- ¿Está todo bien? - pregunto con preocupación. 

 - Si, si. - se apresura a responder. Hace una pausa. - No iba a decirte, pero creo que debes saberlo... - vuelve a quedar callado. - Rain está yendo a verte. 

- ¿¡Cómo!? - exclamo sorprendido. 

Suspira. - Si, se fue como loco de aquí, diciendo que necesitaba verte una ultima vez antes de irse. 

- Ay ese niño... - murmuro. 

- Ya hace unas cuantas horas que su vuelo salió, así que no debe tardar en llegar. - sigue Atlas. 

- Gracias por avisarme. 

- Lo hice para que recibieras a mi hermano como se lo merece. - habla firme. - No hagas que me arrepienta. 

- Claro que no. 

- Bien. - hace una pausa. - Dile que me envíe un mensaje cuando llegué. 

- Lo haré. - digo. - Adiós, Atlas. 

Lanza una risa divertida. - Quien iba a decir que tú y yo íbamos a terminar siendo cuñados por partida doble. - menciona. 

Río. - Ni que lo digas...

- Que conste que sigues siendo el castor cascarrabias, eso no ha cambiado. - sentencia. 

Se me forma una leve sonrisa. - Y tú sigues siendo el engreído de Miss Corea

Termino la llamada con Atlas, y me apresuro a salir (casi corriendo) de la morada para ir a prepararme. 

- ¿Qué sucede? - me pregunta Lari cuando paso a su lado. 

- ¡Rain viene! - respondo sin detenerme, pero con una enorme sonrisa en mi rostro. 

Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora