Capítulo 20

1.5K 197 79
                                    

20 minutos después estamos dentro del auto con Milo y Dexter, enfrente a dónde es la famosa fiesta.

- Me perdí un poco, ¿Qué estamos haciendo? - pregunta Milo extrañado, rompiendo el silencio. Esta entre medio de ambos, sentado en la parte trasera. 

- Pues, yo saque dos conclusiones... - comienza a decir Dexter, a mi lado. - O Astor tiene ganas de relacionarse con niños pubertos, o vino a controlar al pequeño Rain. 

- ¡No vine a controlarlo! - exclamo a la defensiva. 

- Entonces es la primera opción. 

- ¿Al menos podríamos entrar? Me estoy orinando, y no me dejaron hacer antes de salir. 

- Yo ni hice tiempo de ponerme perfume. - se queja el rubio. 

Lo miro amenazante. - ¿Fuiste tú quien le dio perfume al niño? 

- Si. - responde encogiéndose de hombros. - Me pidió si le prestaba, y le regale uno de los tanto que tenía. ¿A que olía rico? - inquiere con una sonrisa pícara. 

Claro que olía rico desgraciado hijo de puta. Estaba a nada de enterrar mi nariz en su cuello. 

- No. - respondo tajante, pero mi voz suena como un murmuro débil. 

- Así no es como tenía en mente pasar mi noche libre. - suspira Dexter apoyando su cabeza en el vidrio. 

- Solo quiero cerciorarme de que no va a hacer ninguna estupidez, y nos volvemos a la casa. - digo. 

- Astor, déjalo vivir. - me regaña Milo. - Ya ha pasado por mucho como para que tú encima le vengas a dar la lata. Si quiere emborracharse, besuquearse con desconocidos, hacerse un tatuaje,  o terminar en Tijuana abrazado a una botella de tequila mientras canta "La Bamba", déjalo. 

- ¡Solo tiene 20 años! 

- Tú a esa edad hacías cosas peores. 

- Precisamente. 

- Rain no es como tú. - puntualiza. - Como ninguno de nosotros de hecho. 

No. No lo es. Es inteligente, maduro, fuerte, sereno y centrado. Es cabeza dura, pero para las cosas importantes, porque no gasta energía en tonterías (al contario de mi). Él no es como nosotros. Es mejor.  

- Ey, miren, ahí está Lari. - menciona Dexter. 

Miramos en la dirección en la que él lo hace y la vemos del otro lado de la calle. Lleva puesto un largo vestido negro, con toda su espalda descubierta, y un tajo a cada lado que permiten ver sus piernas cuando camina. Su larga melena roja la tiene atada en una coleta alta. Sus labios están pintados de un rojo intenso. Habla con otras dos muchachas, mientras cada tanto le da una calada al cigarrillo que tiene entre sus dedos. 

- Oh wow... - murmura el rubio, anonadado.  

Con Milo lo miramos y vemos que está boquiabierto y no pestañea, por lo que no le aparta la mirada a la pelirroja. Le doy un manotazo en el brazo, que lo trae de vuelta a la realidad. Me mira sorprendido. 

- ¿Qué mierda te pasa? - inquiero con brusquedad. 

- ¿Qué? ¡Era solo una observación! 

- ¡La desnudaste con la mirada! - exclama Milo. 

- ¡Claro que no! - replica. - Vamos, que al menos quiero emborracharme, y no quedarme aquí toda la noche escuchando sus tonterías. - se baja del auto. 

Con Milo nos miramos una vez más, y también bajamos. Los tres cruzamos la calle, y nos acercamos a Lari, quien nos mira sorprendida. 

- ¿Qué hacen aquí? - pregunta extrañada. 

Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora