Capítulo 32

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Cuando regreso a la planta baja, me acerco a Vitto, aprovechando que se encuentra solo en la sala. Está bebiendo una taza de café, mientras observa la pantalla de su celular.  

Me siento sofocado. Necesito largarme de este maldito lugar, y en especial de todas las personas que están aquí. De todas a excepción de una sola.   

- ¿Crees que podamos seguir con ese juego de la extorción? - le pegunto en voz baja. 

Alza la vista y me mira como si le hubiera hablado en otro idioma. - ¿Qué? - pregunta sin entender, guardando su celular en el bolsillo. 

- Lo que dijiste hace rato. - respondo entre dientes, irritado. - Con lo que me cubriste a las preguntas de mis hermanos. 

Alza las cejas. - ¡Ah! - exclama. - Ya entendí... pero a la vez no. ¿A qué te refieres? Se un poco más específico, no tan vago. 

- Que necesito que me ayudes con algo, justificándome con esa excusa. 

- Ay no, ¿Qué vas a hacer? - pregunta con preocupación. 

Pongo los ojos en blanco. - Nada malo. - continúo hablando en voz baja. 

Me mira expectante. - A menos que me digas en qué demonios te voy a cubrir, no voy a seguirte el juego. Quiero saber en qué me meto, que contigo es probable que termine la noche siendo patrocinador de una pelea de gallos. 

- Eres un fastidio. - me quejo. 

- Que va, vaya novedad. 

Doy un paso para estar más cerca suyo, cosa que así me oiga mejor. - Quiero estar un rato a solas con Rain. - murmuro lo más bajo que puedo. - Y había pensado en pasar la noche juntos en un hotel de la ciudad. 

Se le forma una sonrisa maliciosa. - Ah, con que por ahí va la cosa. - dice pícaro. 

- No lo mal pienses que no va con el sentido que te imaginas. - digo tajante. 

Palmea mi brazo. - Tranquilo, sé que no te aprovecharías de un muchachito de 20 años. 

Suspiro con pesar. - ¿Me ayudas? - le pido, y en voz alta sueno con algo de súplica. 

- Claro. - responde, y eso me hace sonreír. Ríe. - Ay Dios, si te vieras la cara de idiota que llevas. 

- No tientes a tú suerte, mira que sigo con mi arma enganchada al tobillo. - sentencio. - Me va a tomar cinco segundos sacarla y quitarle la sonrisa de la cara. 

- Sabes, comienzo a preguntarme cómo le has hecho para conquistarlo.

Créeme, me pregunto lo mismo. 

Me encojo de hombros. - Lo insulto todo el tiempo, y eso parece funcionar. - respondo en cambio. 

- Que va, los románticos siguen existiendo.

Frunzo en ceño. - Tú sigue restándole puntos a mi paciencia. - digo entre dientes. 

- Ey, el ceño. - oigo su voz suave a mi lado e instintivamente mi expresión se relaja. Aún más cuando lo veo parado a junto a mí. 

Mi mirada se posa en la suya. Me observa con sus ojos rasgados tan oscuros y brillosos. Tiene esos labios gruesos y carnosos curvados en una sonrisa divertida, sin dejar de lado esa dulzura que lo caracteriza. 

Como quisiera besarlo ahora mismo. 

- Lo mismo le digo yo. - sigue Vitto, sacándome de mi transe. - Va a llegar a los 40 todo arrugado. 

- Cierra la boca. - hablo irritado. 

Mi amigo ríe y posa su atención en Rain. - Hola, soy Vitto. - le extiende su mano, a lo que él la estrecha. 

Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora