Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)

Capítulo 37

Rain se encuentra con su espalda contra el colchón, yo estoy encima suyo, mientras aprisionamos los labios del otro en un deseoso beso, como si estuviéramos hambrientos, y que nos permite saborearnos por completo. 

Estoy en llamas. - ese es el pensamiento que se me instala en la cabeza. Porque pareciera que en verdad es así del calor que me atraviesa todo el cuerpo por el deseo que siento por este niño. Mi niño. 

Nunca fui alguien territorial, en ningún aspecto de mi vida. Sin embargo, ahora, lo único que quiero es tomarlo por completo, hacerlo mío, tener el privilegio de ser su primero. Quiero darle todo lo que se merece y mucho más, y hacer desaparecer de la faz de la tierra a quien se atreva a respirarle muy cerca. 

Rain no suelta mis labios en ningún momento mientras se quita su camisa y luego me ayuda a desprenderme los botones de la mía, después de que yo me quitara el saco. Con nuestros torsos al descubierto, me incorporo sentándome a la altura de su cintura. Llevo mis manos a su pecho y comienzo a acariciarlo, bajando por su abdomen y continuando por sus brazos. Él, sin ninguna timidez, extiende sus brazos y también empieza a deslizar sus manos por mi cuerpo. Se me corta la respiración cuando la apoya en mi pene, que por más que aún tengo puesto el pantalón, consigue que me recorra un cosquilleo de placer por todo el cuerpo. 

Él me mira con sus ojos brillosos, los cuales me observan con picardía y lo acompaña una sonrisa divertida. 

- Parece estar incomodo allí dentro... - habla suave. 

- Lo está... - digo en un hilo de voz. Trago. - Ya no aguanta más. 

- ¿Y que esperas entonces? - inquiere. - Ah, ya se... - agrega travieso y desprende el botón de mi pantalón, y por ultimo baja el cierre lentamente. Alza la mirada y la posa en mí. - Ahora es tú turno... 

Con mi corazón latiendo acelerado en mi pecho, y con un nudo en la garganta, consigo hacer que mis manos reaccionen y llevarlas hasta su pantalón. Dónde también su pene duro me pide a gritos que lo ayude. Desprendo el botón y bajo el cierre. Por ese breve momento juraría que contuve la respiración. 

Cuando regreso mis ojos a los de Rain, noto que este no aparto los suyos de los míos en ningún momento. Sin embargo ese par que me resulta tan cautivadores, no me miran como hace un rato atrás, con ese brillo juguetón. No. Ahora lo hace con intensidad, con deseo, hasta diría que con cierta fascinación. Jamás me habían mirado de esa forma. 

Salgo de encima suyo, y me paro frente a él. Lentamente me voy bajando el pantalón, que cuando termina en el piso prosigo con mi ropa interior. La excitación que siento hace que mi corazón lata con aún más fuerza, cosa que no creía posible. Pero ahí está Rain como siempre revolucionándome los sentidos. 

Rain me corre el cuerpo con la mirada, de arriba a abajo. Y me sonríe cuando sus ojos y los míos se encuentran. 

Doy unos pasos más hasta que mis rodillas chocan con la cama. Extiendo mis manos y las llevo al borde de su pantalón. Noto como su estomago se contrae. Lo miro. 

- Sigue. - me pide... o mejor dicho, me ordena. - Quiero que lo hagas tú. 

Deslizo ambas prendas a la par por sus largas piernas, hasta que queda al igual que yo completamente desnudo. Me tomo un momento para apreciar en su totalidad lo que tengo frente a mi. Termino el recorrido en su cara. Ese bello rostro que no se compara al de nadie que haya conocido en mi vida. 

- Jamás había estado con alguien tan hermoso como tú. - son las palabras que se me escapan por la boca. 

Me siento como el estúpido más grande por haber dicho eso en voz alta, pero enseguida cambio de parecer cuando veo la hermosa sonrisa que se le forma a Rain. Consigue darme cierto orgullo ser capaz de hacer sonreír a alguien de esa manera. Y aún más si es él.