Capítulo 44

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Es ya de noche, cuando estoy sentado en una de las banquetas de la cocina.

Una de mis manos rodea un vaso, el cuál está lleno de whisky. Y la otra sostiene la botella, la cuál está casi vacía ya.

Pese a que llevo un buen rato bebiendo aun sigo bastante lucido para mi gusto.

Necesito tener una de esas noches en las que perdía el conocimiento por completo. Quiero olvidarme de quien soy, aunque sea por unas horas.

Mis pensamientos son interrumpidos cuando Dexter entra.

- ¡Ey! - exclama alegre. - Estas aquí. Con Milo vamos a ir a cenar a la ciudad. ¿Te unes? - y cuando da la vuelta para quedar frente a mí, su expresión se endurece.

Lanza un suspiro pesado cuando de percata que estoy bebiendo.

- Astor. - me reprocha. - Esta no es la solución. - me quita la botella y el vaso, y vacía ambas cosas en el fregadero, para luego volver a apoyarlas vacías junto a mi.

- ¿¡Qué carajos!? - exclamo irritado. - ¡Estaba tomando eso!

- La botella estaba llena, ahora apenas le quedaba para dos vasos más. - habla aún en ese fastidioso tono de reproche. - Habías dejado de beber en exceso. Juraste no volver a permitir que una adicción te hiciera perder el control. Y lo estabas haciendo bien.

¿Quién mierda se cree que es este maldito idiota? ¿Mi padre?

Ahora se viene a hacer el que se preocupa por mi, cuando hace unas noches atrás me clavo el puñal por la espalda.

Hace unas noches atrás estaba saliendo de la morada, cuando los escuche a él y Rain hablando en el vestíbulo. Y oí claramente como Dexter le decía: "No deberías tener una relación con alguien como Astor. Es cortante, se hace odiar en cuanto abre la boca y solo sabe causar problemas."

Y lo que más me enoja, es que lleva la razón. Aún así, había decidido ignorarlo, pero luego le siguió esto que le presento al idiota que se aprecio hoy en la casa.

Ese fue el punto culmine para mi declive. Comencé el descenso hacia el pozo oscuro al que pertenezco. Ya goce de demasiada luz y felicidad gracias a Rain.

Me mira apenado. - Esto por Rain, ¿no? - habla apacible.

Lo miro furioso. - ¿¡De que carajos hablas!? - grito enojado.

Suspirq. - Astor, no tienes que fingir con nosotros. - continúa hablando calmo.

Y eso me irrita aún más. Habla como si fuera el maldito terapeuta que me atendía en el centro de rehabilitación. Se hacen los comprensibles cuando en realidad no saben una mierda lo que se siente.

- Deja de decir tanta mieda, porque enserio lograrás cabrearme. - sentencio.

- Voy a decir lo que me venga en gana. - dice serio y firme. - Todos aquí sabemos que estas con Rain. - lo miro anonadado. - Si, así es, descubrimos que Astor Marshall, el hombre de hielo, tiene un corazón, y que empezó a latir desde que llego el "niño".

- ¡Y una mierda! - exclamo enojado, parándome, pero Dexter apoya su mano en mi hombro y me vuelve a sentar.

- ¡Reacciona Astor! ¡Vas a perderlo si te sigues comportando como un cretino! - sigue. - ¿¡Que no ves que ese chico te adora más que a su propia existencia!? ¡Los ojos de ambos brillan cuando escuchan hablar al otro!

- Me estas cabreando enserio. - digo irritado. - Cierra la boca.

- No me importa si te enojas conmigo, o me insultas. Mientras no trates de esa forma a Rain. - dice. - ¿Por qué no en lugar de lamentarte por el hombre que no eres, no empiezas a ser el que él merece? Deja de autocompadecerte.

Estoy Pensando en Ti (Mafia Marshall VI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora