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Reconfortar

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Hoy iba a ser un día malo para Layla, pero al parecer para el resto de personas también lo iba a ser. Al llegar a clase vio a todos normal, estaban en otoño y los exámenes llegarían pronto.

Pero se fijó en un sitio libre, Tensei no estaba. Fue un momento a la ventana y le vio mirando al suelo me un banco. Fue a donde ellos demás.

— Ahora vuelvo - ellos asintieron.

Bajo al patio y se sentó con el peliazul. El la miro sin muchas ganas. Tenía los ojos rojos y algo hinchados de llorar

— Vete a clase, están a punto de empezar. - ella se quedó allí sin moverse, callada - Layla Vete.

— ¿Que te pasa? - le pregunto mirando el árbol que estaba frente ellos - estás muy raro y seguramente te ibas a saltar clase. Cosa que nunca jamás harías.

Le miro a los ojos del chico y el suspiro triste, sabía que le iba a ayudar. Se conocían desde hace un año, pero le tenía confianza.

— ¿Como puedo ser un buen hermano? - ella se sorprendió y dejó de respirar por un segundo.

Ella no se considera una buena hermana, aún que para el resto de personas Layla era la mejor hermana que habían visto. Katsuki era su prioridad, primero el y luego ella.

— Pues no lo se, seguro que tú ya eres un buen hermano. - le dio un leve empujón en el hombro para animarle.

— ¿Como le puedo decir a un niño pequeño que su madre a muerto? - abrió los ojos, no conocía la situación.

— Lo siento - le abrazo y noto como lloraba desconsoladamente.

— Nuestro padre está fuera trabajando y me ha dicho que yo se lo diga, pero no sé cómo. - le apartó un poco y quito sus lágrimas de las mejillas.

— Será mejor que vayas a casa y te calmes, aquí no harás nada. Y a Tenya le tienes que ser sincero. Si no cuando se entere más tarde le sentará peor.

— ¿Puedes decirle a Aizawa sensei que estaba enfermo y me he tenido que ir? - así tío sin problema.

— Si necesitas cualquier otra cosa me llamás y me escribes un mensaje, te lo contestare lo más rápido posible.

— Gracias...

•••••

Era el primer patio y los chicos preguntaron por el peliazul, ella solo dijo que se encontraba mal. No podía decírselo sin su consentimiento.

Estaban sentados en el comedor tranquilamente hasta que un profesor llamo a Keigo, parecía importante ya que tenía que ir a donde el director.

— ¿Que has hecho ahora pollito? - pregunto la conejo y el rubio subió los hombros para irse.

Pasaron todas las clases y seguía sin venir. ¿Tan malo era? Al salir de las instalaciones Layla iba más tranquila.

— Tengo que irme - dijo Touya rápido - al parecer a pasado algo con mi madre y Shoto. Adiós. - se despidió para irse.

— Yo tengo que ir al gimnasio - dijo Mirko - ¿No te importa, no?

— Tranquila se ir a mi casa - se rió y la perdió de vista.

Iba a dar otro paso pero vio una pluma roja desde arriba. Esta se tenso y se fue volando por alguna parte. Layla la siguió hasta un sitio donde no había nadie.

𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝟐𝟑 {𝐃𝐚𝐛𝐢 𝐲 𝐎𝐜}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora