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Verdad

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El silencio se volvió visible, Lilith estaba sería, Dabi parecía congelado, intentado que sus manos no cedieran para no caer al fondo del pozo

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El silencio se volvió visible, Lilith estaba sería, Dabi parecía congelado, intentado que sus manos no cedieran para no caer al fondo del pozo.

Unos gritos sonaron en la mansión, ella sabía que había encontrado al anfitrión con la mano cortada. Pronto les encontrarían.

- No hay tiempo - le recordó y al parecer volvió a su ser.

- Me odiaras cuando lo sepas - otra vez esa frase no. No podía fiarse de nadie.

- Está bien - se marchó dejándolo a la suerte.

- ¡Espera! - ella volvió a asomar la cabeza - No puedo decírtelo, no aún. - parecía más desesperado de lo que ella se imaginaba.

- ¿Como podré confiar en ti si eres un fantasma? - estaba sería.

- Azul, - no entendía - tu color favorito es el azul.

- Crees que solo con un color harás que te saque. - río.

- Katsuki - su rostro palideció - cada medalla o trofeo que ganabas, se lo dabas a él.

Hubo unos segundos donde se oía como varias personas se acercaban.

- ¿Como sabes eso? - pregunto.

- Te conozco más de lo crees - ella se lo estaba pensando - no hay tiempo - dijo notando como sus dedos resbalaban por la piedra húmeda.

Antes de que cayera por la oscuridad agarró su mano comenzar a subirle. Al no tener ya casi fuerzas le costó bastante pero cuando estaba justo por salir una bala sonó.

— ¡No se muevan! - ambos sabían de quién salía esa voz.

Se giraron ambos pero Dabi cayó al suelo, la bala atravesó su torso. Su camisa se estaba manchando de sangre.

Lilith vio que no solo estaba Endevor, si no que habían varias personas más, menos el hombre de la máscara que la visitaban en sus pesadillas diarias. Había desaparecido.

— Enseñar vuestras caras - amenazo mostrando su fuego rojo.

La chica rápidamente hizo que una pared formada por el metal de su sangre saliera del suelo, creando una barrera. Se agacho para revisar a Dabi que tapaba la herida como podía.

— Tenemos que irnos - dijo y paso su brazo libre por sus hombros para levantarle.

Hizo una mueca y soltó un gruñido de dolor. No tardarían en derribar el muro, se hoy a como lo intentaban traspasar.

Ando como pudo y quito unos arbustos para salir justo a donde estaban los coches. En la mano tenía el reloj y a paso lento ayudaba a Dabi a andar.

— Vamos un poco más - le dijo y noto como le costaba respirar, le quitó la máscara y la tiro al suelo.

𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝟐𝟑 {𝐃𝐚𝐛𝐢 𝐲 𝐎𝐜}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora