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Marca
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Miro a herida con cuidado, solo estaban tres personas en esa casa en ese momento. Le limpio otra vez la zona quemada y cambio la venda.

— Shoto ve al salón ahora voy.

— Vale, adiós Lala - se despidió con la mano y le perdieron de vista.

— ¿Como lo ves? - pregunto el hermano con preocupación.

— La va ha quedar marca sin un médico. - no podían ir allí ya que si no la policía investigaría lo que había pasado y Endevor se metería en problemas - Podrá ver normal con el ojo pero la cicatriz se quedará allí para siempre.

Touya suspiro, a él no le gustaba nada ese tipo de cosas y ahora su hermano había pasado algo muy doloroso.

— Van ingresar a mi madre en el hospital psiquiátrico. - dijo él y llevo una mano a su boca para morderse las uñas del nerviosismo. - quieren que vaya un familiar a decírselo.

— Tienes que ir tú - afirmó, sabía que su padre estaría trabajando y seguramente se lo dijese de una forma no muy buena.

También era el mayor, así que debía de hacerlo él.

— ¿Puedes acompañarme al hospital? - pregunto.

— ¿Ahora? - asintió y Layla miro la hora - vale, solo tengo que llamar al teléfono fijo de casa para que Katsuki lo sepa.

— Voy a avisarle a Shoto de que nos vamos - se fue al salón y ella llamo a su casa.

Unos poco tonos después contesto.

— ¿Dígame? - contesto el pequeño.

— Soy Layla, llegaré a casa en una hora o algo así. Haz los deberes y no la lies.

Tienes muy pocas confianzas en mi. - dijo ofendido.

— Solo no explotes nada con tu quirk, ¿vale? - espero a que respondiera. - ¿Kats?

Está bien - acepto - Que te lo pases bien con ese noviecito tuyo - colgó de golpe.

Ella se quedó estática en su sitio, no había dicho con quien iba y no tenía novio. Luego le preguntaría a que venía eso.

— Ya podemos irnos - dijo el peliblanco saliendo - Fuyumi llegará en cinco minutos.

Salieron de la casa y caminaron unas cuantas calles en silencio hasta el hospital. Entraron y tuvieron que esperar un rato en información.

— Está en la habitación 218, segunda planta.

Subieron las escaleras y el peliblanco se paró en frente d ela puerta, sin poder moverse.

— Touya - le hizo que la mirara - no es tu culpa que esté aquí, no te odia.

— Si lo hace - asintió.

— No, es tu madre, no te puede odiar, eres su hijo. - el negó fuertemente.

— Una persona que no quería ser madre odia a sus hijos. - ella se calló - Un día lo oí en una discursion que tuvieron, el la obligó a tener hijos. Para luego entrenarles y convertirlos en héroes.

𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝟐𝟑 {𝐃𝐚𝐛𝐢 𝐲 𝐎𝐜}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora