preparar pañuelos
Los reflectores iluminaban el escenario con un brillo casi cegador mientras la gala de los premios de héroes continuaba. El auditorio estaba repleto de héroes de todas las generaciones, reporteros ansiosos y patrocinadores expectantes. Las cámaras se deslizaban suavemente de un lado a otro, capturando cada reacción, cada expresión de asombro, orgullo o decepción.
Habían pasado ya varias categorías, y el ambiente estaba cargado de emoción y expectativas. Layla tamborileaba los dedos contra su rodilla, en un intento de liberar la ansiedad que le provocaban este tipo de eventos. No le gustaba estar bajo tantos reflectores, especialmente porque sabía que no todos en esa sala la querían ver triunfar.
Desde su mesa, miró de reojo a Keigo y Rumi, ambos sentados a su lado, con sus nombres entre los nominados para el premio a Mejor Equipo. Sabía lo importante que era ese reconocimiento, no solo por la validación pública, sino porque representaba algo mucho más profundo para ellos. Era la promesa que habían hecho cuando aún eran unos adolescentes, cuando soñaban con cambiar el mundo.
La pantalla gigante proyectó un montaje con algunas de sus misiones más destacadas: combates cuerpo a cuerpo, rescates imposibles y trabajo en equipo en situaciones extremas. Verlo así, recopilado en imágenes nítidas con música épica de fondo, le provocó un escalofrío. Cada golpe, cada caída, cada victoria... No eran solo imágenes, eran momentos que los habían marcado.
—Y el premio a Mejor Equipo es para... —anunció la presentadora, alzando un sobre con una sonrisa misteriosa.
El auditorio entero contuvo el aliento.
—¡Hawks, Mirko y Layla!
El mundo pareció ralentizarse por un segundo.
Los tres se quedaron paralizados antes de que una explosión de aplausos llenara la sala. Rumi, que rara vez mostraba emociones fuera de la batalla, dejó escapar una carcajada genuina, golpeando la mesa con tanta fuerza que las copas vibraron. Keigo, con una sonrisa de oreja a oreja, extendió sus alas con entusiasmo. Layla sintió su pecho llenarse de orgullo, alivio y... algo más. Algo que no podía nombrar.
Rumi fue la primera en levantarse, pero antes de dirigirse al escenario, se desvió. Sin dudarlo, caminó hasta la mesa de Tensei.
—Levántate —le dijo con una sonrisa traviesa, extendiéndole la mano.
Él parpadeó, sorprendido.
—Vamos, Rumi, este es su premio —protestó suavemente.
—No digas estupideces. Este también es tuyo.
Layla y Keigo asintieron de inmediato. Tensei podía haber dejado el campo de batalla, pero jamás dejó de ser parte del equipo.
Juntos, los cuatro caminaron hacia el escenario bajo una ovación ensordecedora. Layla sintió la mirada de cientos de personas sobre ellos, pero no le molestó. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió exactamente donde debía estar.
Cuando recibieron el premio, Layla notó algo. Keigo tenía los ojos rojos.
—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —susurró, inclinándose ligeramente hacia él.
Keigo tragó saliva y asintió, pero su voz salió temblorosa.
—Es como si todo viniera de golpe y... —hizo una pausa, sacudiendo la cabeza—. Solo pienso que deberíamos ser cinco aquí.
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𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝟐𝟑 {𝐃𝐚𝐛𝐢 𝐲 𝐎𝐜}
FanfictionUna historia inusual de Dabi, aquí no os encontraréis a un Dabi yandere que solo quiere secuestrar y matar. Esta historia Dabi es un ser humano, tiene sentimientos y comete errores (al igual que la prota) Contiene Spolier del Manga desde el primer c...
