Una historia inusual de Dabi, aquí no os encontraréis a un Dabi yandere que solo quiere secuestrar y matar. Esta historia Dabi es un ser humano, tiene sentimientos y comete errores (al igual que la prota)
Contiene Spolier del Manga desde el primer c...
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Touya fue con la mochila de Layla en la mano, caminaba en dirección a su casa. Al llegar toca la puerta pero no se escuchaba a nadie. Tocó más fuerte pero la respuesta no llegaba.
— ¿Qué haces tú aquí? - oyó la voz de un niño detrás.
Se giró lentamente y vio a Katsuki, aún era más pequeño que él. Dio una mirada rápida de arriba a abajo y supuso que venía del colegio.
— Responde - se cruzó de brazos.
Cuando Layla se andaba eran iguales los dos hermanos. Se cuidaban mutuamente y hasta laguna vez Touya había sentido algo de envidia por su relación.
— Layla se ha dejado su mochila - contesto levantando el objeto.
— Si no te a abierto la puerta es que no está - dijo con normalidad.
El peliblanco miro un segundo atrás y luego otra vez al niño. Se mordió el labio y suspiro para agacharse hasta su altura.
— Si algún día notas que le pasa algo raro a Lay, ¿Me lo contarías? - ladeó la cabeza.
El menor dio un paso atrás, él no confiaba. Pero sabía cómo la protegía y Katsuki deseaba poder ayudarla más.
— Mi hermana lo hace, así que creo que sí. - un peso se cayó de sus hombros.
— Me tengo que ir - se puso normal y dejó la mochila de la chica a un lado.
Puso una mano en su pelo y este se quejó pero lo dejo pasar. Touya se aseguró de que entrara en casa para que nada le pasase.
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Layla volvió a actuar normal después de esa extraña salida. No sacaron el tema, estaba alegre y reía como de costumbre. Ellos decidieron dejarlo así, si se mostraba bien, era que estaba bien. ¿No?
