Una historia inusual de Dabi, aquí no os encontraréis a un Dabi yandere que solo quiere secuestrar y matar. Esta historia Dabi es un ser humano, tiene sentimientos y comete errores (al igual que la prota)
Contiene Spolier del Manga desde el primer c...
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— Hay muchas maneras de matar a aquel que amas, la forma más lenta es nunca armarles lo suciente...
— La máscara eras tú, todo siempre fuiste tú...
— Los superiores de oro están siendo atacados por el villano Lucifer...
— El nuevo héroe número es...
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Los pitidos de la pantalla no paraban de sonar, sus pulsaciones eran normales. Solo podían haber tres persona en la habitación, tenían que ser mayores de edad. Por lo que fueron Keigo, Inko y Edgshot.
Layla estaba intubada, la acababan de sacar de la operación. Después de 24 en quirófano al fin salió.
Ninguno de los tres hablaba, intentaban procesar la información. No habían podido atrapar a los villanos y la castaña tardaría en despertar hasta que la interrogaran.
El médico que se encargó de la operación entro en la habitación. Tenía su carpeta con todos los daños físicos. Esa información también iría a su caso de secuestro con todo lo que le hicieron.
Pero ellos tres no pensaron que fuera tanto.
— Está desnutrida, seguramente solo comía una vez por día o incluso nada. Tiene restos de drogas, y por las pruebas perdía fuerza, control de su cuerpo y pérdida de quirk.
Inko estaba apunto de lloras, tenía la mano de Layla, la acariciaba. Notaron como el médico se paró un momento, había algo peor.
— ¿Porque tardaron tanto? Era solo parar una hemorragia interna - dijo Edgshot.
— Al abrirla vimos que habían varias cosas mal, que estaban dañadas o mal curadas. Entre ellos el peor de todos fue su aparato reproductor, estaba destrozado y no hemos podido salvar absolutamente nada. Podrá tener relaciones y disfrutar de ellas pero ya no podrá tener hijos y tampoco la regla.
Se quedaron callados.
— Tambein hemos podido ver que la violaron casi a diario, y utilizaban las drogas. Todo eso en los primeros años.
Inko no pudo más y sus lágrimas saltaron. No entendía como alguien podía hacer tal cosa a una cría.
— Hemos tenido que romperle tres costillas - añadió - estaban mal curadas. Y por sus muñecas creo que la utilizaron como saco de boxeo.
— ¿Por sus muñecas? - pregunto Keigo.
— Sus huesos de la zona están levemente deformados, como si la hubiesen atado del techo y la dejarán allí. Sus tobillos también están débiles, seguramente le hicieron esguinces a propósito para que no pudiera caminar.
Iba necesitar ayuda psicológica y Edgshot decidió que no la interrogaran según despertara. Sería inhumano hacer eso.
— Tiene hematomas por todo el cuerpo, unos son físicos y los demás son advertencias de desmayos y más. Tiene bajo el hierro, el azúcar y seguramente cuando despierte tendremos que darle un calmante. Leva cinco años de tortura, le costará volverse a adaptar.
Keigo se sentó de nuevo en su silla, le parecía irreal lo que le habían hecho y también que haya sobrevivido.
— ¿Cuánto tardará en despertar? - pregunto el rubio.
— No lo sabemos, su tensión es muy baja puede tardar días, semanas o incluso más de un mes. No estamos seguros, pero ya está fuera de peligro - al ver que no iba a preguntar más decidió irse a atender otro paciente.
Inko se levantó y los dos hombres la miraron.
— Tengo que hablar con Katsuki, lo está pasando mal...
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