𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝟐𝟑 {𝐃𝐚𝐛𝐢 𝐲 𝐎𝐜}

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Regalos

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Era ya diciembre, la competición se acercaba y Touya y Layla se preparaban para el mundial. Era allí, en Japón. Tenían todo listo, la musica, el maillot y más.

Narra Touya:

La música paro a la vez que nosotros, nos había salido perfecto el disco. Ambos estábamos agotados, solo quedaban 5 minutos de entrenamiento. No despegaba sus ojos de los míos.

Cuando era pequeño odiaba el rojo, pero sus ojos son otro universo. Cada vez que bailábamos en la pista la buscaba, y algunas veces siento que se me escapa un pequeña sonrisa.

Pero, por culpa de la entrenadora nos separamos.

— Si hacéis eso en el mundial os daré un aplauso. - dijo ella y nos acercamos, yo seguía teniendo mi mano en su cadera, la notaba muy cansada. - El campeonato es dentro de tres semanas y la navidad está entre esos días. Procurar no pasaros con la comida y disfrutar con la familia.

Ambos asentimos, a mí no me gustaba mucho está fecha, papá nunca estaba en casa y ahora será la primera vez sin mamá. Layla be cambio pasaba la navidad con los Midoriya.

— Ya avisé a vuestras familias para que vinieran al campeonato, es aquí había que aprovechar. - sabíamos que nadie vendría. - Touya tu padre a aceptado, vendrá.

— ¿Que? - era la primera vez que venía a verme.

— Va venir a ver cómo patinais, - miro su reloj - bueno, es la hora de que os vayáis a vuestro último día de clase antes de estas pequeñas vacaciones. Nos vemos en dos días. - se fue tranquilamente.

Estuvimos un rato allí parados, yo intentaba olvidarme la idea de que este mi padre allí. En un momento pensé en lo que estaría pensando ahora Layla. Ella seguro que quiere que su hermano venga.

— ¿Tienes algo pensado para tu hermano? - negó.

— Este mes no ha sido bueno, no puedo comprarle nada - paso su mano por la coleta, estaba algo desecha del entreno.

— Es navidad, algo bueno pasará - le di un pequeño empujón y sonrió levemente.

Si tuviera que decir una persona que me vuelve loco, era ella. Nunca podré admitirlo, soy de pocas palabras y no muestro mucho afecto. Layla era algo que no quería perder, pero tampoco quiero arruinarlo si le digo que estoy enamorado de ella...

Y no desde hace poco, desde hace más de un año.

Narrador omnisciente:

El día acabo y la castaña estaba con su mochila para la noche. Se quedarían a dormir en casa con Inko y Izuku para pasar la noche del 24.

El pequeño están entusiasmado, algunas veces decía lo bien que se había portado. Layla solo sonreía algo triste.

Al llegar a la casa vio a la peliverde con un gorro rojo y blanco.

— ¡Feliz navidad! - dijo abrazandolos y Katsuki entró corriendo como siempre para jugar con Izuku. - La habitación está lista.

Ella fue a la puesta y abrió la pequeña habitación donde ella dormía. Los otros dos estaban en la de al lado. Siempre oía sus estupideces. Dejó la mochila y fue a la cocina donde Inko preparaba unas galletas.

Los pasos rápidos que se acercaban la hicieron girarse. Vio a los dos con una sonrisa inmensa.

— ¿Que queréis? - pregunto.