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Youngsoo estaba sentada en una silla frente al doctor en una clínica con bastante prestigio, en realidad era una de las más famosas de Seul.

Se miraba las manos sin saber qué decir, todo era realmente difícil de asimilar pero no podía hacer nada. Lo que estaba a punto de suceder, nadie podía pararlo, solo tenía que asimilarlo con toda la entereza que pudiera encontrar.

—Hay muchos tratamientos señora Jeon, ahora mismo están investigando un nuevo fármaco que reduce el riesgo un noventa por ciento. Su marido es uno de los más ricos del país, así que por dinero no habría problema ninguno.

Si ese hombre supiera, si él entendiera que no quería ese dinero, que no se merecía saber nada de lo que le ocurría, que después de todo ya estaba con otra mujer que tenía sus atenciones. Que su esposo en realidad nunca lo había sido aunque estuvieran casados, pero no iba a decir nada del sufrimiento que llevaba sintiendo en estos momentos por Jungkook.

—¿Qué dice? ¿Pido que traigan ese fármaco si es que ya está en el mercado? Su administración es una vez a la semana, ahora le daré también algunos analgésicos para el dolor y un jarabe para los espasmos, eso lo puede tomar en casa.

—¿Habrá cirugía doctor? —su voz salió cansada, estaba derrotada. ¿Porqué tuvo que pasarle a ella? Podría morir, y no quería. Tenía miedo al dolor y a perder su vida porque era muy joven para que le sucediera esa desgracia.

—Tal vez no sea necesario, pero eso aún no lo sabremos hasta que todo el proceso inicial sea completado.

Ella asintió y se levantó torpemente.

—Traiga lo necesario, vendré cuando me lo diga, gracias por todo doctor.

Salió de allí con más dolor de corazón que de cuerpo. Andaba sin mirar a ningún lugar, solo veía el suelo bajo sus pies, pensaba en la palabra que le dijo el doctor. CÁNCER.

Se metió en su coche y sintió un terrible frío, acunó sus manos en su pecho y empezó a llorar, estaba tan sola, no sabía que hacer. Ni siquiera sabía si llamar a Jungkook sería una buena idea.

Se enteró por su secretaria que había llegado hoy de su viaje de negocios, ¿Estaría en casa? O...tal vez... No quiso pensar en eso. Cogió el móvil con manos temblorosas. Marcó su nombre.

—Youngsoo dime —la voz de su marido salió por el aparato y su frío temperamento también.

—¿Dónde estás?

—Estoy en el Hospital Central, he venido a un asunto importante de negocios. Dime, ¿Qué ocurre?

En ese momento que ella iba a contestar se escuchó una voz femenina.

Kookie ven....

Sabía de sobra de quién se trataba, era Hiunsu su exnovia.

—Si no es importante voy a colgar, luego nos vemos en casa —le dijo Jungkook ya absorto en otra cosa.

—No...no te preocupes, no es nada de importancia.

Por un momento lo odió, no pudo remediar tener ese sentimiento llenando su pecho, pero después pensó que su amor era tan grande por él que solo lo convirtió en rencor.

Encendió el motor de su coche y salió hacia su casa.

Estaba muy delgada, no comía muy bien últimamente y encima esos dolores de espalda la tenían agotada. El tumor se encontraba en su costado derecho, el médico le dijo que ese farmaco era imprescindible para reducirlo al máximo.

Llegó a la enorme mansión que pertenecía al empresario Jeon Jungkook y aparcó el coche en el garaje. Subió por el ascensor a la primera planta y la señora Jung llegó hasta ella.

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